Los monumentos vegetales que dan vida a Santa Cruz

Entre los datos que el gestor cultural del Cicop ha incorporado de la capital, los del patrimonio natural permiten conocer detalles curiosos de la procedencia de algunos de los ejemplares arbóreos más emblemáticos
VEGETACIÓN SC TENERIFE 1
VEGETACIÓN SC TENERIFE 1
La ceiba que durante años dio sombra y cobijo a los alumnos del desaparecido colegio de Las Asuncionistas sigue esplendorosa en un rincón del parque Viera y Clavijo. SERGIO MÉNDEZ

Una de las singularidades de Santa Cruz de Tenerife es que, como gran ciudad que es, la segunda mayor de Canarias, posee un inusitado patrimonio natural que salpica sus principales calles y espacios de vegetación que, en algunos casos, llevan más de un siglo en la ciudad. Sin ir más lejos, la palmera que se encuentra en la intersección entra la calle Dr. José Naveiras y la calle Méndez Núñez, se estima que podría tener en torno a los 150 años. Tan monumental especie de palmera canaria se encuentra recogida dentro del catálogo de protección del Plan General de Ordenación de Santa Cruz. Esta palmera canaria (Phoneix Canariensis) se dice que fue guarapeada a principios del siglo XX por una persona a la que apodaban Guarapo y vivía en las cercanías del hotel Quisisana, en unos terrenos de cultivo. Si se observa con detenimiento el ejemplar, puede verse en la parte superior los huecos de cuando se guarapeaba, lo que ayuda en la datación de la propia palmera para darle esa edad de 150 años.

Estos datos tan curiosos en torno a este ejemplar único pueden leerse en la información que el gestor cultural del Centro Internacional de Conservación del Patrimonio (Cicop) ha incorporado sobre el municipio de Santa Cruz. En uno de los múltiples apartados se aborda el patrimonio natural de la ciudad, y, aunque aún faltan muchas cosas por incorporar, ya pueden consultarse detalles tan curiosos como los expuestos. Por ejemplo, se explica que esta palmera, ahora sola, durante un tiempo estuvo acompañada por siete más de menor tamaño, plantadas en su base, pero que tuvieron que ser retiradas por suponer un peligro para la palmera principal.

Junto a este excepcional ejemplar, el Cicop fija su atención en otro de los árboles singulares de la ciudad y que es posible que muy poca gente conozca su valor y su procedencia. Se trata de la ceiba del Parque Cultural Viera y Clavijo, árbol que sirvió como espacio a la sombra para los alumnos y alumnas del antiguo colegio de las Asuncionistas. El ejemplar fue plantado a principios del siglo XX a partir de una semilla traída desde Cuba. Hay otro ejemplar dos años más antiguo en Güímar, la ceiba de don Arístides. Esta es una especie introducida de forma recurrente en Canarias como ornamental desde América tropical, donde cumple un papel cultural parecido al drago en Canarias. Este ejemplar se poda regularmente a una altura de dos metros, principalmente. Se encuentra en el lateral del parque, cerca de la calle colindante con la avenida San Sebastián. Su altura puede llegar a los 16 metros y el perímetro de su trono a los 360.
Pero sin duda, uno de los espacios con mayor variedad de especies y de significada importancia es el Parque García Sanabria, que el año pasado cumplió 90 años y lo hizo con esplendor. Así, detalla el Cicop, que paseando por el Parque García Sanabria, se puede apreciar la inmensidad de especies que allí se encuentran y que ha ido poblando a lo largo del tiempo toda su extensión, haciendo un recorrido por diferentes países y continentes. Diferentes especialistas en botánica han recopilado cada una de ellas para su posterior estudio y puesta en catálogo vegetal del parque. El PGO de Santa Cruz define la arboleda del Parque García Sanabria como “especialmente significativa(s) en el entorno urbano de Santa Cruz de Tenerife, […] con un régimen de protección consistente en su especial preservación en todas aquellas operaciones urbanas que pudieran afectarle(s), en cuyo caso se establecerán las medidas de protección que dicte en cada caso el área municipal competente en materia de medio ambiente”.

Por otro lado, se podría decir que, desde los inicios de la construcción del Parque García Sanabria, la implicación social de los santacruceros se mostró indudable cuando comenzaron las donaciones de especies botánicas para los terrenos, como así se documenta en los diferentes edictos transcritos en los diarios de la época. Los terrenos donde se estaba construyendo el parque no eran más que terraplenes que habían sido zona de cultivo para los vecinos de los barrios colindantes. Cuando comenzaron las obras de desmonte, se talaron muchos de los árboles que allí se encontraban, a excepción de algunos.

También requieren especial atención las diferentes especies próximas al parque ya que su historia narra las diferentes formas de vida de la zona en aquellos tiempos: los grandes flamboyanes del Paseo de Las Tinajas, en la Rambla, que fueron plantados a principios de siglo, el gran tamarindo que se encuentra, no dentro del parque, sino en plena calle Numancia, o la centenaria palmera gigante a la que ya se ha hecho referencia. Muchas de estas especies monumentales se encuentran recogidas también dentro del catálogo de protección del PGO de Santa Cruz.

La flora del parque cuenta con una rica colección de plantas ornamentales, mayoritariamente exóticas, de origen tropical y subtropical. También destacan especies endémicas de las Islas como la palmera, los dragos, las buganvillas…; especies arbóreas, arbustivas y florales, ya sean de plantación o ninfeáceas en los jardines acuáticos. Además de esta pequeña lista que se muestra reflejando la biodiversidad vegetal que posee el parque García Sanabria, existen hasta 70 variedades más de especies arbóreas y florales que conviven en el recinto. Desde rosas hasta orquídeas, pasando por un gran jardín de cactus y dragos, más un sinfín de palmas y palmeras de diferentes partes del mundo. Cercano al Paseo Marcos Guimerá, se encuentra una pequeña zona conocida popularmente como jardín de los aromas, con especies típicas del Mediterráneo donde además de un gran olivo, se encuentran diferentes especies aromáticas como la menta, romero… y otras no tan comunes como plantas de curry de la India.

Detalla el gestor del Cicop que árboles como el tamarindo es quizás de las pocas o única especie que se conservó durante la construcción del parque. Este majestuoso árbol situado en la calle Numancia, aparece singularmente sobre el paseo lateral del García Sanabria y no en las zonas interiores donde se encuentran las demás especies. Este árbol de hoja perenne puede llegar a alcanzar los 25 metros de altura. Su tronco de corteza gris y rugosa en exceso, presenta un aspecto corchoso. Su copa es abundante, con grandes ramas esparcidas de forma horizontal.

La higuera de bengala, la caoba, el árbol sombrilla, ceibas, los eucaliptos, el bambú, el árbol del cielo de los dioses, las jacarandas lilas o los grandiosos laureles de indias, traídos también de Cuba, completan la rica variedad vegetal del Parque García Sanabria y son patrimonio natural de la capital.

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