economía

El Ejecutivo canario prefiere que se bonifiquen las tasas aéreas en vez de subir la ayuda por pasaje

Un informe elaborado por encargo cuestiona la idea, recogida en la reforma del REF, de declarar los trayectos con la Península de obligación de servicio público, con el argumento de que las tarifas “no suelen ser más bajas” en las 167 rutas catalogadas así en la UE
El vicepresidente del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez, comparece junto al autor del informe sobre el abaratamiento de los vuelos con la Península, Germán Blanco. DA
El vicepresidente del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez, comparece junto al autor del informe sobre el abaratamiento de los vuelos con la Península, Germán Blanco. DA
El vicepresidente del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez, comparece junto al autor del informe sobre el abaratamiento de los vuelos con la Península, Germán Blanco. DA

El Gobierno de Canarias entiende que la mejor fórmula para abaratar los billetes aéreos entre las Islas y la Península sería bonificar a los residentes en el Archipiélago las tasas que cobra AENA por cada pasajero, en lugar de aumentar el porcentaje de subvención de sus billetes. La opción de bonificar esa tasa que, como mínimo, podría rebajar entre un 11% y un 12% el precio de los pasajes, “es realmente la que más garantías da” de que los costes de trasladarse al resto del país se reducirían significativamente para los isleños, en palabras de Pablo Rodríguez.

El vicepresidente explicó ayer que su parecer se basa en las conclusiones de un informe encargado a un especialista en la materia para analizar las distintas medidas que se podrían aplicar para conseguir un abaratamiento de los vuelos y “ver cuál es más eficiente para lograr el objetivo final”, que es que quienes viven en Canarias paguen menos por desplazarse a la Península. Ese documento fue presentado en una rueda de prensa con la participación de su autor, Germán Blanco, que opinó que incrementar la subvención a los residentes en las Islas del 50% al 75% del precio que tengan que pagar por sus billetes no aseguraría que las tarifas bajaran en la misma proporción porque las líneas aéreas podrían cambiarlas, mermando así el beneficio de los usuarios.

Blanco cuestionó la idea de declarar los trayectos de obligación de servicio público -como defienden, entre otros, NC-, con el argumento de que, al estudiar las 167 rutas que están catalogadas como tales en toda la Unión Europea, ha comprobado que “las tarifas no suelen ser más bajas” a pesar de que se fijen precios de referencia que obligan a las aerolíneas. De hecho, el experto aseveró que el establecimiento de la obligación de servicio público sería contraproducente porque “lo que suele originar es que las tarifas estén por encima de las de un mercado no intervenido”.

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