Yo he visto cosas

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais, atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. He visto a un padre de familia dejarse la vida clavando en la arena dos, tres y hasta cuatro sombrillas de Los Compadres, fijándolas en círculo para que mujer, tres niños, el hijo de una vecina y la suegra tuvieran su adosadito entre una multitud de bañistas. He visto ejércitos armados con bañadores descatalogados y sillas plegables de destrucción masiva.

He visto a madres destrozarse el hombro por culpa de seretas con la capacidad de carga de la bodega de un Airbus, porque, según ellas, nunca se sabe qué vamos a necesitar de aquí a la tarde. He visto padres cargando por la orilla con colchonetas diseñadas para que intentando subirte por un lado te caigas por el otro, una y otra vez, y otra, sin llegar a aguantarte sobre la dichosa colchoneta ni tres segundos seguidos. He visto cholas homologadas, y también de las que dejan cicatrices en el hueco que hay entre el dedo gordo y el otro. He visto radiocasetes sobre la arena de la playa con una potencia que provocaría el cierre, por exceso de ruido, de cualquier discoteca de Ibiza. He visto gente que compra palas sin saber jugar a las palas, condenándose a dejarse los riñones de tanto agacharse a coger la pelota. He visto adolescentes jugar al fútbol sobre las toallas de los turistas. He visto familias comiendo tortilla, croquetas, bocadillos inimaginables, arroz amarillo, sándwiches, incluso carne fiesta. Créame, diputada Oramas, que jamás en la vida, nunca, he visto a un solo canario en la playa dejando pasar el tiempo con una chuleta y una garrafa de vino. Yo he visto cosas que vosotros no creeríais, atacar naves en llamas más allá de Orión o rayos C brillar cerca de la puerta de Tannhäuser, pero autóctonos en la playa con chuletas y garrafas de vino, eso no lo he visto, jamás, nunca.