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Fue una broma, señor juez

Ahora resulta que la declaración unilateral de independencia fue una broma, que fue algo simbólico. Esto, o algo parecido, es lo que han dicho en el Supremo Forcadell y su Mesa sediciosa. Perfecto

Ahora resulta que la declaración unilateral de independencia fue una broma, que fue algo simbólico. Esto, o algo parecido, es lo que han dicho en el Supremo Forcadell y su Mesa sediciosa. Perfecto. Fue una broma, pero, ¿quién paga todo esto? ¿Quién responde de las algaradas callejeras, de los daños y, sobre todo, del sentimiento cabal catalán y español vulnerado? “Fue una broma, señor juez”, han dicho los comparecientes, o poco más o menos. Quizá para salvarse del talego. Unos, para eso, para salvarse del talego, huyen como conejos, como Puigdemont y su banda; otros revelan que la DUI fue simbólica. Bueno, pues hay simbolismos que matan y esta gente sin conciencia está no sólo arruinando a Cataluña, sino arruinándose ellos. Que no piense Forcadell que después de decir, ella y su Mesa, lo que dijeron ante el juez los van a votar el 21D. Que agradezcan a sus abogados el cambio de estrategia con relación a los que fueron de chulitos a la Audiencia Nacional, sin querer contestar a la jueza ni a los fiscales, y acabaron en el talego y todavía siguen en el talego. A la hora en que escribo no sé si el instructor del Supremo y la Fiscalía General del Estado los han creído y aceptan su arrepentimiento, a cambio de peticiones de medidas menos contundentes. No lo sé. Pero está bien que los reos ya reconozcan que todo aquello que montaron fue una locura; y que lo sigue siendo, porque hasta ayer los independentistas desalmados pararon trenes en Barcelona. Yo creo que Cataluña se ha vuelto loca, pero cuando sus responsables se encuentran ante los jueces empiezan a aflojar. Y es que sólo una noche en prisión supone un infierno. Qué bonita es la libertad, pero no la que se pide para ellos porque han delinquido, sino la que se tiene que respetar siempre.

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