Promover el talento

Hemos visto estos días en medios de Canarias, el fallo Gastronómico de las Estrellas Michelin, donde al restaurante Nub, de La Laguna, en Tenerife, le concedían su primera estrella. Al tiempo carece de licencia de apertura de local. Por lo que vemos es más fácil llegar a la cumbre de la cocina, que aperturar un local de restauración. Esta distorsión del mercado visualiza los conflictos del diseño institucional de Canarias, RUP, REF, ZEC, donde vemos que no somos capaces de atraer la localización de nuevas empresas. Desde 2008 a la fecha tenemos un saldo negativo, donde 406 empresas se nos han ido, preferentemente a Madrid. Canarias carece del diseño institucional adecuado, con un entramado burocrático incontrolado, que genera una elevada inseguridad jurídica, que penaliza y encarece los proyectos en lugar de favorecerlos.

Es una economía muy intervenida, con elevados niveles de discrecionalidad, que debe reducir y simplificar las libertades sobre el territorio, desarrollando incentivos de baja y cierta tributación, en el marco de sus duplicadas administraciones, Estado, Autonomía, cabildos y ayuntamientos.Este diseño institucional, refleja las tensiones entre la primacía del modelo de sociedad subsidiada, contra la sociedad de emprendedores. Las administraciones han debido interpretar que la voluntad de los canarios, es que debe existir un marco restrictivo y caro para el desarrollo económico privado. Que se traduce en dificultades elevadas para el operador local, e insalvables para los de fuera. Este “espíritu interpretativo”, reconvierte su aplicación práctica, trasladando las soluciones al marco discrecional, político o funcionarial. En palabras de Josep Plá, actualizadas por el conflicto catalán, cuando señala “los complejos arrastrados a causa de una permanente sensación de derrota, las esquizofrenias entre servilismo y orgullo”, tan propios de nuestras estrechas sociedades, que impiden el desarrollo del espíritu emprendedor.

Es de reciente aparición, promovido por la Unión de Contribuyentes, el llamado Índice de Competitividad Fiscal, que mide la capacidad de competir fiscalmente para atraer o retener empresas y profesionales. Canarias está aquí en el quinto puesto de España, luego de Vizcaya, Álava, Madrid y Guipúzcoa, ocupando la cola Cataluña y Extremadura. Canarias ofrece contra los datos, lejanía, falta de escala, fragmentación y modelo subsidiado. Dos ejemplos la zona ZEC y la Ley de Suelo, dos instrumentos desconfigurados. La eficacia de la ZEC, precisaría prescindir del mecanismo de autorización previa, asegurándolo desde la ley. Liberalizar los sectores de inversión. Su inseguridad jurídica, al estar sometida a plazo temporal y el exceso de condiciones, no tira de la demanda. Críticas extensibles a los regímenes RUP y REF, necesitados de anclaje constitucional y legislativo.

En la reciente Ley del Suelo, su tímida liberalización, la mantiene como la más compleja de España y de la OCDE. Fue además alterada en trámite parlamentario. Atentando contra la liberalización de servicios, la conocida normativa Bolkestein.

Contra el principio de una administración una competencia, la subsidiaridad, que informa el derecho europeo y básico nacional. Y vía ambiental, duplicando y haciendo discrecionales los trámites, que quedan centralizados en el gobierno regional, dejando con ellos limitadas e inseguras las capacidades sustantivas de cabildos y ayuntamientos. Promover el talento obliga a trasladar a la sociedad emprendedora sus propias responsabilidades, con seguridad jurídica. No estamos acertando con el diseño del marco institucional para Canarias.