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La AUGC critica que la Guardia Civil siga bendiciendo a motos y agentes

La asociación recuerda que la Benemérita debe estar al margen de cualquier representatividad religiosa para respetar así la diversidad de creencias
Un sacerdote bendice las nuevas motos en La Laguna. DA
Un sacerdote bendice las nuevas motos en La Laguna. DA
Un sacerdote bendice las nuevas motos en La Laguna. DA

La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (AUGC) criticó ayer con dureza que el acto de presentación de las nuevas motocicletas del Destacamento de Tráfico tinerfeño, llevado a cabo el pasado martes en La Laguna, incluyera la bendición de las mismas, así como la de los agentes presentes, por parte de un sacerdote católico, hechos que se repitieron ayer en la presentación de las motos destinadas a Las Palmas. La AUGC también lamentó la carencia de medios, tanto materiales como humanos, que padece la Guardia Civil en las Islas, a tal punto que recordó que los nuevos vehículos vienen a sustituir “a las viejas motocicletas, que son auténticas piezas de museo, y cuyo lamentable estado había sido ya denunciado reiteradamente por AUGC”.

Para los responsables de esta asociación, que sigue sin poder constituirse como sindicato al seguir vigente la restricción de derechos fundamentales para los miembros del Instituto Armado, “la Guardia Civil no podía dejar pasar la ocasión sin mostrar una vez más su apego al más rancio boato que la caracteriza. Así, en un nuevo pase del NODO [en alusión al histórico informativo de la dictadura franquista] en pleno siglo XXI, un sacerdote ha procedido solemnemente en ambos actos a rociar con agua bendita tanto a las motocicletas como a los agentes que formaban junto a ellas”. Con cierto tono de sorna, el portavoz de AUGC, asociación claramente mayoritaria en la Benemérita, añade que “así, las motos han recibido el bendito líquido elemento, siendo así ‘protegidas’, suponemos, no sólo contra los enemigos del alma, mundo, demonio y carne, sino también frente a delincuentes e infractores, tanto creyentes como agnósticos, ateos o ciudadanos que profesen cualquier otro credo. Como cosas que son, los vehículos no han mostrado conmoción alguna ante esta bendición. No es el caso de los guardias civiles, que también han recibido esta católica gracia, pese a que algunos de ellos son incluso fieles de otra religión”, añaden irónicamente.

Ya con mayor gravedad, la AUGC fundamentó su crítica porque “se mantenga inalterado en el tiempo este vínculo entre la Iglesia y la Guardia Civil, una institución de seguridad pública que debería estar al margen de cualquier representatividad religiosa, respetando así la diversidad de creencias que existen en la ciudadanía española a la que sirve”.

“La seguridad pública no es una cuestión de fe, sino de medios técnicos y humanos. Porque la delincuencia o la amenaza terrorista no se combaten con peregrinaciones a Lourdes ni con agua bendita, sino con chalecos antibalas individuales, vehículos e instalaciones adecuados, una formación actualizada y coordinación policial”, concluye la AUGC.

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