el charco hondo

El rayo verde de Victoriano

Ayer murió Victoriano Ríos, pero todo lo que se dice en los periódicos fue mucho después

Ayer murió Victoriano Ríos, pero todo lo que se dice en los periódicos fue mucho después. Ayer se fue el presidente del Parlamento, el senador, pero lo que leemos en los digitales fue años después. Ayer falleció el rescatador del PNC, uno de los principales arquitectos de lo que desembocó en Coalición; pero también eso, todo lo que de él se escucha en las radios o se resume en las televisiones, fue décadas después. Su trayectoria institucional, ese recorrido del que hoy se habla o escribe, fue después. Mucho antes del después, en los años de la transición, algunas familias, y también la mía, abríamos el verano a finales de mayo y no lo cerrábamos hasta bien entrado octubre. Décadas antes del después, muchos chiquillos, y también yo, crecimos con los pies metidos en los charcos de Bajamar y La Punta. Vivíamos en el agua, y solo de vez en cuando volvíamos a tierra, a los rayos verdes que se colaban en las interminables conversaciones que al caer la tarde nuestros padres tenían junto a las piscinas de espuma. En aquellos setenta a los hijos de aquellos padres los días nos duraban más porque a los adultos, toalla sobre la espalda, con el bañador aún mojado, se les iban las horas hablando de política en un país que ni podía hablar de según qué cosas ni sabía hacerlo por falta de hábito. Antes del después los hijos de aquellos padres, también mis hermanos, o Tomás y Fernando Ríos, merodeábamos las chácharas más o menos clandestinas en las que entre otros reconocidos se sumergían mis tíos, mis padres, Manolo, Victoriano o Alfonso. Años después supe que Manolo era Manolo Alemán, que Alfonso era Alfonso García Ramos, o que Victoriano era Victoriano Ríos, que ya en aquellos años pensaba como pensó toda su vida, abanderando ideas que un ejército de tardíos acabó abrazando. Ayer murió Victoriano Ríos, pero lo que se dice en los periódicos fue mucho después de los años en los que Victoriano, compañero de mi padre, era Victoriano, a secas, el padre de Tomás y Fernando, buenos amigos, gente buena.

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