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El 155 obra el milagro: nuevo look de Anna Gabriel

Ya tenemos otro efecto positivo del 155, que haya logrado peinar a Anna Gabriel, fugada en Suiza y vigilada por la Interpol, que deberá traerla ante el juez; si no huye a Bélgica, que también

Ya tenemos otro efecto positivo del 155, que haya logrado peinar a Anna Gabriel, fugada en Suiza y vigilada por la Interpol, que deberá traerla ante el juez; si no huye a Bélgica, que también. En esto de las apariencias físicas, la de la CUP es más bien laxa e Irene Montero creo que ha dicho que las mujeres no tienen tiempo para duchas ni para lecturas. Estoy seguro de que ha sido mal interpretada, porque ella sí cuida esas cosas. Lo que pasa es que la catalana es más bien de vestimenta raída, que incluso crea moda, como aquel que dijo que la arruga era bella. En fin, que el look de la profesora Gabriel, que daba clase en una universidad catalana, creo que de Derecho, ha cambiado por completo, quizá por consejo de su abogado, que le habrá dicho que los suizos son muy suyos y no admiten camisa de manga corta sobre camisa de manga larga y esas zarandajas de la CUP. Supongo que el viajecito de la Gabriel a Venezuela y el vuelo directo a Suiza, donde están los bancos, ha tenido algo que ver, porque de algo hay que vivir y ella necesita ahora fondos para abogados y esas cosas caras de los helvéticos. Suiza es un país donde un camarero gana 3.000 euros al mes. Capitalismo puro. O puto, según pensaba -ya no- la Gabriel. El zorro se metió en el gallinero y ahora las gallinas suizas no sé si estarán inquietas o les dará lo mismo, que es lo que yo creo. Porque los suizos son más bien impávidos, tan impávidos como los suecos. Anna Gabriel, con su morenez, parece charnega, gitana, pero no sé si sabrá de sevillanas o sólo de sardanas, más aburridas que esa danza vasca que les bailan a los presidentes y a los papas.

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