Anaranjamiento (2)

Difícilmente puede quedar la política canaria (y su agenda) al margen del anaranjamiento de la escena madrileña; al revés, las turbulencias que sacuden la buena relación de Coalición y PP solo se dejan explicar sobrevolando lo que está pasando allí para comprender, un poco, al menos, qué está ocurriendo por aquí. En lo que a Canarias se refiere, la pájara del PP, esa que les ha provocado las expectativas de Ciudadanos, se ha traducido en un cambio de registro respecto a Coalición. La permeabilidad ministerial, aquella luna de miel sobre hojuelas presupuestarias o legislativas, ha dado paso a ministeriales reproches, pegas y acusaciones de sobreactuación e incoherencia en la negociación del REF económico, balas aderezadas con las embestidas orgánicamente autorizadas a Asier Antona a cuenta del convenio de carreteras. ¿Qué ha pasado? El anaranjamiento de las encuestas y los desplantes parlamentarios de Ciudadanos han complicado la aprobación de los presupuestos estatales, y si se prorrogan (¿aguantará Rivera la presión de los poderes fácticos?) a ojos del PP los escaños 175 y 176 pierden valor, entre otras cosas porque Oramas y Quevedo amanecerían como 143 y 145 si Ciudadanos se echa finalmente al monte. Que a raíz del anaranjamiento de la atmósfera el PP le suba el tono públicamente a Coalición, algo inusual, explica que meses atrás Rajoy optara por mantener a los suyos fuera del Gobierno canario, calculando el presidente que si le venían mal dadas CC nunca se le podría amotinar estando en las Islas con apenas dieciocho diputados. Ciudadanos está complicándole la vida al PP, y el PP, que no está para bromas, es consciente de que allá y acá puede permitirse parar los pies a Coalición. Se reencontrarán, volverán a ir de la mano, pero que los sondeos y la escena parlamentaria estén anaranjándose está atragantándoles los días a unos y otros. ¿Cambiará el mapa autonómico y local esa buena estrella que momentáneamente acompaña a Albert Rivera? Ciudadanos no ganará en las Islas, claro que no, pero puede condicionar los pactos regionales, insulares y municipales. Con los socialistas desorientados, el pablismo languideciendo y el PP perdiendo fuelle, Coalición y Nueva Canarias ya están moviéndose.