el charco hondo

Ella

Es ella quien nos convoca mañana, sábado, a las 11.30, en la Plaza Weyler. No podemos fallarle

Es ella quien nos convoca mañana, sábado, a las 11.30, en la Plaza Weyler. No podemos fallarle. Los pensionistas, es decir, todos, estamos en deuda con la ministra de Empleo y Asuntos Sociales. Sin ella nada de esto habría sido posible. Sin ella seguiríamos desmovilizados, rendidos. La ministra pasará a la historia por haber conseguido lo que sindicatos y partidos no supieron, no quisieron o no pudieron hacer. Fátima Báñez será recordada como la madre de las manifestaciones que chafaron a este Gobierno el discurso económico. Suyo es el éxito de la que se ha liado en el país. También suyo es el mérito de haber desnudado públicamente la contradicción de un partido, el PP, que presume de recuperación económica negándole a los pensionistas sumarse a dicha mejoría. Bastó una carta para poner a los pensionistas en pie, en la calle.

Unos párrafos han logrado lo que nada ni nadie. Al enviar la carta del 0,25% ha abierto los ojos a quienes los tenían cerrados. Heroína injustamente valorada, confirmando su impagable contribución a la causa en el PP le ha caído una manta de reproches. Gracias, ministra. Gracias porque ha sido usted quien ha movilizado a cientos de miles de contribuyentes a los que no les salen las cuentas, la que ha animado a incrementar el conocimiento de la situación, del problema. Ha sido ella la que con su carta ha propuesto a los pensionistas, es decir, a todos, que denuncien el escaso interés que agentes políticos o sociales han puesto en este asunto. Ha sido ella la que ha subido el interruptor para que abuelos, padres e hijos confirmen que las luces del estado del bienestar solo proyectan sombras. Ha sido la ministra quien ha escrito alto y claro que la recuperación económica sube en ascensor y las pensiones lo hacen por la escalera o, peor aún, bajando los escalones de dos en dos. La sostenibilidad del sistema lejos de enterrar el debate debe abrirlo, forzando a los partidos a fajarse en la búsqueda de fórmulas que hagan justicia a quienes, trabajadores, al llegar su momento descubren que su esfuerzo quedó sin contrapartida. Es ella quien nos convoca mañana, a las 11.30, en la Plaza Weyler, y no podemos fallarle.

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