Concierto de la OST y del EVT (Crítica musical) – Por Sara Ferrera

Por Sara Ferrera

El viernes 6 de abril, dentro del Ciclo de Conciertos de la OST de la Temporada 2017/2018, se dio a conocer, en el Auditorio de Tenerife Adán Martín, un concierto extraordinario in memoriam del director de orquesta, fallecido recientemente, Jesús López Cobos. La Orquesta Sinfónica y el Ensamble Vocal de Tenerife asombraron positivamente a los espectadores que ocupaban, casi en su totalidad, el aforo de la citada institución.
Tanto la orquesta, como el coro y los solistas brillaron por su buen hacer en una tarde-noche memorable.

Víctor Pablo Pérez, director de orquesta y Antonio Abreu, maestro de coro,son músicos que viven este bello arte con pasión, como algo inherente a su ser, muy preparados y meticulosos en su trabajo. Forman un tándem bien avenido, lo que repercute favorablemente en el resultado que se desea obtener.

El concierto denominado Mística Sonora, constó de dos partes. En la primera, se interpretaron dos cantatas deGian CarloMenotti, bajo el título TWO SPANISH VISION, basados en los místicos versos de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz. MUERO PORQUE NO MUERO: Adagio ma non troppo, estreno, en la relevante voz de la soprano tinerfeña Raquel Logendio y OH LLAMA DE AMOR VIVA:Andante molto moderato, quasi adagio, obra ejecutada por primera vez en España, en la notable voz del barítono José Antonio López. Largos aplausos clausuraron esta primera parte. En la segunda, se ofreció el REQUIEM,op. 48 de Gabriel Fauré, obra que consta de siete movimientos. Una misa de requiem novedosa en la que el compositor sustituye la ira de Dios, el apocalipsis y el juicio final por una placentera visión del cielo. Este requiem ha tenido un importante papel en la música religiosa contemporánea. Fauré ha querido escuchar las palabras redentoras de Cristo y el canto apacible de los ángeles. Finaliza la obra cuando el alma se desprende de su prisión de carne y contempla las dichas de la vida eterna. Esta música se interpretó en el funeral del propio Fauré en 1924.

Las largas y cálidas ovaciones, con el público puesto en pie, fueron las que propiciaron que se nos premiara con dos mágicas propinas: EL REQUIEM de Puccini, que nos emocionó a todos. Es una música melodiosa, bellísima, hermosa y triste a la vez, con un sentimiento que llega al alma y es capaz de tocar la fibra dela persona menos sensible, y LA CANTIQUE DE JEAN RACINE, op. 11, de GabrielFauré, que se nos brindó por primera vez.
Víctor Pablo Pérez nos sorprende siempre con un concierto muy meditado, completo, con nuevas obras en las que en la interpretación de las mismas, se nota su sello característico. El director honorario de la OST, conoce como nadie lo mejor que puede obtener de los instrumentistas, no en vano dirigió durante casi 20 años a la citada agrupación.

La Orquesta Sinfónica estuvo impecable en su interpretación, sonido, matices…. Los dos solistas con una depurada técnica vocal y carisma en escena. El Ensamble Vocal es, sin lugar a dudas, un coro con una calidad musical superior. Siempre nos sorprende para bien. Es una auténtica maravilla. El verdadero artífice de que el coro raye la excelencia es su inigualable director. Antonio Abreu es un perfeccionista exquisito, que sabe llevar a los coralistas a las cotas más elevadas de musicalidad, sentimiento, expresividad… El Ensamble Vocal se caracteriza por su elegancia y naturalidad, afinación, dicción perfecta, intensidad interpretativa, expresividad en los fraseos, matices con portentosos pianos e impresionantes fortes, madurez musical,… Todos ellos, en conjunto, han dado lugar a una magnífica actuación que ha dejado extasiados a los espectadores.
Fue un concierto excepcional, que ha legado una huella indeleble en todos los que amamos y nos deleitamos con la música.