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El pistolero del Puente Llaguno

La colonia venezolana advierte, en las redes, de la presencia en Tenerife del pistolero del Puente Llaguno de Caracas, aquel hombre al que se le vio en imágenes de televisión disparar contra la multitud que se manifestaba pacíficamente en las calles de la capital

La colonia venezolana advierte, en las redes, de la presencia en Tenerife del pistolero del Puente Llaguno de Caracas, aquel hombre al que se le vio en imágenes de televisión disparar contra la multitud que se manifestaba pacíficamente en las calles de la capital. Aquella concentración terminó con varios muertos y heridos. Este personaje siniestro, que algunos asocian a los servicios secretos chavistas, parece que ha solicitado asilo político en España, a través de una comisaría de Santa Cruz. Policía y Guardia Civil, y supongo que agentes del CNI, siguen sus pasos y analizan por qué está en la isla, si se ha distanciado del chavismo; y por qué desea residir en España, cuando Venezuela era su paraíso. Ya han sido advertidas las organizaciones policiales -Guardia Civil y Policía Nacional, además del Centro Nacional de Inteligencia- de la presencia en la isla de tan indeseado personaje, al que se le ha visto tomando café en el kiosco de la plaza Weyler un día y otro entrando en una comisaría, al parecer para solicitar el referido asilo. Repito que se trata de un individuo muy peligroso y el gran misterio es qué hace en Tenerife semejante patán, si es que el chavismo se lo ha quitado de encima y lo ha enviado aquí a cumplir alguna misión o sencillamente se ha distanciado del régimen de Venezuela. En cualquier caso, si intenta vender información sobre interioridades del chavismo, será falsa. La colonia venezolana, incluso, ha facilitado los teléfonos que usa, uno fijo y otro móvil, por si las fuerzas de seguridad lo quieren seguir con más precisión. Esos teléfonos ya están en poder de los agentes del orden. Lo que nos faltaba ahora es que individuos de esa catadura moral, delincuentes peligrosos, quisieran anidar en las islas. Por si éramos pocos, parió la abuela.

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