Está el presidente en su despacho del búnker. En los aposentos que le dejó libre Patricia y su marido argentino, que vivieron aquí como pachás, antes de trasladarse a su mansión del barrio de La Salud. Me recibe en un pequeño despacho muy grande (¿o eso es un oxímoron?).
-Las encuestas les dan muy mal a ustedes.
“Eso no es nada, deje que empiece a circular la mortadela y hablamos”.
-Los bocadillos, claro.
“¿Y qué otra cosa podría ser?”.
-Juan del Castillo, cronista e historiador orotavense, titulaba sus artículos “Desde el corredor”.
“Ay”.
-¿Es verdad que han encargado ustedes una reproducción de Las Meninas para colocar aquí la próxima temporada?
“Es un bulo, como tantos otros. Como dijo Joe Rígoli: “Yo, sigo”.
-¿Es la grúa un vehículo de transporte?
“Para mí es un pozo de preocupaciones, un sufrimiento, una espada de Damocles, una llaga constante y lacerante, un desatino, un desamor”.
-¿Y para su compañero del alma?
“Él sabrá”.
-Oiga, su Laguna está que arde.
“Son momentos coyunturales”.
-¿Santiago Pérez es su Látigo Negro lagunero?
“En todas las corporaciones hay un extraterrestre; al menos”.
-¿Le guarda rencor a Manuel Hermoso?
“Son cosas de viejo”.
-¿Le alegra a usted que Paulino Rivero deje la política?
“Uno menos”.
-¿Ha envejecido el electorado de Coalición Canaria?
“Sí, pero la ausencia de incisivos, caninos y molares, no invalida eso de “un hombre, un voto”. El anciano, cuando huele la mortadela, vota por nosotros. Es un tema de hambre vieja”.
-¿Problemillas en su medio de comunicación afín?
“Ay, digo yo también”.
-Bueno, pero usted cuenta con los niños cantores de la SER, ¿no? Que no le den el Teide de Oro; ya sabe que el que lo recibe, casca.
“Sí. Gracias a los niños cantores; por lo menos nos quiere alguien. Y en cuanto a lo otro, lagarto, lagarto”.
-¿Qué opina del ascenso de Ciudadanos?
“Le hace más daño al PP que a nosotros.Ellos no reparten mortadela, sino chorizo de Cantimpalo”.
-¿Ha vuelto a hablar en secreto -que nadie guarda-con Rajoy?
“El otro día estuvimos comiendo en La Moncloa. Me fui pronto, porque me atufaba con el puro”.
-¿Solos?
“No, también fue el personaje del cuadro de Velázquez, que no hacía sino meter la pata. ¡Qué mujer!”.
-Carlos Alonso tiene aspiraciones. Eso dicen.
“A ese lo mando yo a Bruselas, más pronto que tarde”.
-¿Me coloca de asesor?
“Llega usted tarde; me sobran diecisiete”.
-¿Cuándo van a resolver los líos del Bodrio?
“La tele canaria cumple su papel; usted no se meta, que eso es cosa nuestra”.
-¿Cosa Nostra?
“¡Un respetito!”.
-Ay.