Puso los cimientos sobre los que se construyó una iniciativa tan loable como es Activoz y, hoy en día, sigue siendo la clave de bóveda en la que se asienta su consolidación y crecimiento. Esta aventura surge de la experiencia de una logopeda que, a través de su trato con las familias, detectó el vacío existente en relación al ocio de las personas con diversidades funcionales tales como las propias de, por ejemplo, el síndrome de Down, el autismo o la parálisis cerebral. Ahora que el éxito de la actividad 3.718 retos, en la que 15 chicos de Activoz subieron el pasado fin de semana a la cima del Teide, ha logrado captar la atención de la opinión pública, nadie mejor que Almudena Díaz Castro (Santa Cruz de Tenerife, 1981) para que nos explique cómo se fraguó tan mediática ascensión a la cima de España.
-¿Para qué subieron los chicos de Activoz a la cima del Teide el pasado sábado?
“El objetivo principal era que los chicos visualicen su logro, porque ellos entrenan durante todo el año, hacen deporte regularmente. Como siempre nos dice Domingo Guanche [exportero del CD Tenerife que colabora con esta ONG], él entrenaba para luego jugar los partidos. A los chicos de Activoz les faltaba ese partido, que en este caso fue subir al Teide”.
-Entiendo su respuesta en referencia a los chicos. Pero, dada la notable repercusión mediática de la iniciativa, ¿qué perseguían en ese sentido?
“Que la gente sea consciente de las capacidades que tienen nuestros chicos. No son superhéroes por el hecho de que, por ejemplo, tengan autismo y suban al Teide, sino que sencillamente son chicos jóvenes, con unas capacidades físicas estupendas y a los que generalmente se les impide acceder a este tipo de actividades por la etiqueta que se les pone. Nuestra lucha es demostrar que, con un poco de ayuda y los apoyos necesarios, son capaces de hacer cosas. Dicho de otra manera, subimos al Teide para mostrar que los chicos no se merecen los prejuicios con los que se les etiquetan”.
-¿Cómo era el grupo que realizó la ascensión?
“Bastante variado. Seleccionamos a 15 de los 55 que hoy en día están en el programa de Deportes de Activoz. Podíamos haber subido con todos, pero lo impidió la logística necesaria para ello, dado que la expedición habría sido enorme. Elegimos a los que tenían buenas condiciones físicas y una entereza suficiente a la hora de comprender la vivencia. Tenían desde 8 o 9 años hasta los 14 o 15”.
-¿Cómo valora la presencia de varios políticos durante la ascensión al Teide?
“Fueron bienvenidos y en absoluto interfirieron en el normal desarrollo de la actividad. Es más, tanto Alberto Bernabé como José Antonio Valbuena fueron receptivos a nuestras explicaciones, y ellos aprovecharon para informarse sobre el día a día de los chicos. No vinieron a sacarse la foto. Incluso el propio presidente del Cabildo, Carlos Alonso, que también estuvo presente, prefirió mantenerse en un segundo plano”.
-¿Por qué surge Activoz?
“Llevo 15 años trabajando como logopeda de la actividad funcional en diferentes asociaciones y organizaciones, tanto públicas como privadas. Hace tiempo que decidí independizarme profesionalmente como logopeda, primero a domicilio y, al aumentar el número de chicos, acabé instalándome en un centro que, ahora, hasta hemos tenido que contratar a dos personas. Fue el contacto directo con las familias lo que me permitió detectar que no habían espacios de ocio para estos chicos. Era una queja común de esas familias, prácticamente unánime”.
-A pesar de que hablamos de un derecho tan esencial como es el ocio.
“Exactamente. Desde el centro empezamos a realizar actividades de fin de semana, y pronto vimos que el resultado era óptimo, porque también tiene beneficios directos para las terapias. Imagine que yo quiero que, en una sesión como logopeda, el chico o la chica me pida algo. Pues bien, si estamos en una actividad al aire libre y él quiere subirse a un tobogán, ese esfuerzo que hace para pedirlo tiene un refuerzo que se traduce en éxito, porque ese lenguaje fluye con mayor facilidad”.
-Aunque empezaron en 2013, lo cierto es que Activoz nace como tal en septiembre del año pasado. Llama la atención como ha ido creciendo.
“Es verdad. A medida que vimos esos beneficios para los chicos de los que le hablaba, fuímos organizando esas actividades de ocio, y a sumar más integrantes al grupo. En este camino apareció Domingo, al principio un padre más que pronto se dio cuenta de cómo mejoraba su propia hija. Nos propuso el proyecto de deporte que ahora dirige en Activoz, y empezamos yendo una vez por semana al parque de Cuchillitos de Tristán, en Ofra. Al ver que los padres coincidían a la hora de explicarnos cómo sus hijos se levantaban de mejor gana el día en que hacían deporte, nos animamos a consolidar estas actividades. En cuanto a la creación de Activoz, se produjo al comprobar que, a la hora de conseguir apoyos externos, lo mejor era convertirnos en una ONG. Somos una asociación de profesionales que presta servicios para la diversidad funcional centrados en actividades de ocio y deporte”.
-¿Por qué prefiere utilizar la expresión diversidad funcional?
“La diversidad funcional es lo que generalmente se etiqueta como discapacidad. Nosotros preferimos, y abogamos, por hablar de personas con diversidad funcional para evitar que, al señalarlos como discapacitados, se dé ya por sentado que son personas que no son capaces. Es un término que limita y etiqueta a las personas. Nosotros creemos que todas estas personas, que tienen un diagnóstico concreto llámese autismo, parálisis cerebral o síndrome de Down, funciona de manera diversa. Con sus circunstancias, son capaces de desarrollarse en la sociedad, y hay que potenciar las capacidades que tienen. Por mucho que a veces necesiten apoyo para desenvolverse en lo que se considera la vida cotidiana en un entorno normalizado”.
-¿Les ha funcionado la conversión en ONG? ¿Cuentan con el apoyo y la colaboración necesaria para sacar adelante los proyectos que se proponen?
“Sí. Tenemos más accesos a ciertos recursos, tanto por parte de las administraciones públicas como desde las empresas. Es verdad que, desde la perspectiva de las subvenciones y/o ayudas, que ahora seamos una asociación facilita mucho las posibilidades de que nos sean concedidas. Algo parecido nos pasa con las empresas. Por ponerle un ejemplo, si queremos ir a un parque acuático, para ellos también les resulta mucho más sencillo si tratan con una asociación, y no con otra empresa como pasaba antes, a la hora de que los acompañantes no tengan que pagar la entrada, y cosas así”.
-¿Esperaban que, en tan poco tiempo, contasen ya en Activoz con más de medio centenar de chicos?
“La verdad es que se trata de una cantidad considerable, porque también son 55 familias implicadísimas en el proyecto que siempre nos responden con su compromiso a las propuestas que les hacemos para llevar a cabo este tipo de actividades”.
-Desde su experiencia, ¿considera que la política sobre salud mental es una de las principales carencias de la Sanidad española?
“Sí. Hay un vacío muy importante, sin lugar a dudas”.
-¿Hay realmente una política sanitaria para la salud mental en nuestro país que merezca tal denominación?
“La verdad es que, en mi opinión, no existe”.
-¿Sabe que su opinión es compartida por sectores que abarcan desde los psicólogos, por ejemplo, a los funcionarios de prisiones, como denuncian una y otra vez en los medios?
“No me extraña, porque basta con escuchar a las familias, que se encuentran ante un camino de obstáculos enorme, un sinvivir de años esperando para conseguir algo tan básico como un diagnóstico. Todo debería ser mucho más ágil, porque estas familias necesitan acceder a determinados recursos de forma mucho más sencilla. Eso, hablando desde la perspectiva sanitaria, porque si lo vemos en relación al ocio y el deporte, es como si no existiera la posibilidad de que puedan desarrollarse como personas en ese sentido. Las familias se encuentran una y otra vez frente a barreras. Una detrás de otra. En cierto modo, esta realidad es la que nos ha llevado a crear Activoz”.
-¿Por qué es tan importante que hagan deporte, que cuenten con ese espacio para el ocio, más allá de que tienen derecho a ello?
“Porque las familias te explican cómo, cuando pretenden apuntarlos a un campamento, se les rechaza porque esa persona tiene autismo, o que cuando el médico les recomienda que el chico haga natación, se topen con que en la piscina nadie se hace cargo de ellos. Y así una y otra vez”.
-¿Podría destacar alguna administración pública que trabaje para mejorar las cosas en este sentido?
“El Cabildo de Tenerife está trabajando bien en el deporte adaptado, se están moviendo para contar con mayores recursos. Es verdad que, de momento, se trata de actividades puntuales, pero todo se andará”.
-Habrá aprovechado, entonces, durante la subida al Teide…
“(Sonríe) Claro que sí. Lo que les pedimos es que nos faciliten el acceso a los recursos públicos ya existentes. Que sean accesibles, pero de verdad, que quiten escaleras y pongan pictogramas, con gente formada para atender a las personas con diversidad funcional”.
-Esta vez sí han contado con respaldo…
“Y estamos agradecidos por ello, tanto al equipo de ‘Yo soy portero’ como al de ‘Yo soy Tenerife’. Y, por supuesto, a nuestros voluntarios, que son imprescindibles todo el año”.
-¿Qué planean como próxima actividad?
“Nos vamos todos de vacaciones a Lanzarote. Será genial”.