
Gestabac tiene centrada su actividad en el sector del vending de tabaco, con más de 1.200 puntos de venta por toda la zona metropolitana y hasta Buenavista. Tanto José Luis Bello como sus dos socios proceden del sector del tabaco. José Luis estuvo años trabajando en la multinacional Altadis hasta que en 2011, en plena crisis económica, decidió, junto a sus dos amigos, fundar Grupo Integral Tabaco. “Había un servicio que no se estaba dando, sobre todo en el norte de la Isla, y vimos un nicho de mercado interesante”. La empresa tiene ya una plantilla de 20 personas y facturó el año pasado más de 8 millones, una cifra nada despreciable teniendo en cuenta que se trata de una actividad “muy mal vista”.
-Gestabac nació en plena crisis, justo cuando muchas empresas estaban cerrando, y ustedes decidieron aventurarse.
“Sí, la verdad es que vimos el nicho de mercado y el hueco que había y decidimos cubrirlo. Yo abandono Altadis en 2011 y poco después decidimos unirnos para cubrir la demanda del Norte y el área metropolitana. Tenemos bastante bien diferenciada la distribución. Gestabac se encarga, especialmente, del área metropolitana a Buenavista del Norte; otro socio, de los túneles de Güímar hacia el Sur, y el tercero, de las islas de Lanzarote y Fuerteventura”.
-¿Y a qué se dedica expresamente la empresa?
“Bueno, nosotros nos dedicamos exclusivamente a la gestión y distribución de máquinas expendedoras de tabaco, es decir, vendemos tabaco, pero solo a través de las máquinas expendedoras”.
-¿Y cómo lo hacen? ¿Alquilan la máquina? ¿Las venden?
“Le explico. Las máquinas son nuestras, pero las dejamos en el establecimiento. De la venta del tabaco, es decir, de lo que recaude la máquina por venta de cajetillas de tabaco, repartimos el beneficio y este dependerá de lo que pactemos con el propietario del local”.
-Al nacer durante la crisis, supongo que esta no les afectó, les pasó de largo.
“Nos afectó muy poco, la verdad. De hecho, crecimos muchísimo…”.
-En un sector que, estará conmigo, está muy mal visto.
“Sí, lo sé. Estoy con usted, pero es cierto que en plena crisis había mucha gente, que, por las circunstancias que sean, a lo mejor no tenían para comer, pero sí para fumar”.
-Y esto les hizo crecer más.
“No solo eso. Nosotros crecimos muy rápido no porque la gente fumara más. El sector se quedó como estaba, más bien no se vio afectado por la crisis. La gente siguió con sus hábitos. Nosotros crecimos realmente por ofrecer mucho servicio y mucha transparencia. Le explico, había mucha gente que se dedicaba a las máquinas de tabaco, pero sin seriedad. Nosotros trabajábamos las 24 horas del día los 365 días del año. Nos encargamos de todo el servicio técnico, de reponerla y de recoger la recaudación de las máquinas. Y lo que nos diferencia de los demás es este servicio de 24 horas, porque si se avería una máquina un fin de semana en un bar o restaurante es un problema para el empresario y para nosotros. Pero, sobre todo, lo que nos diferencia es la transparencia, pues a la hora de pagar la comisión al propietario, lo hacemos con un documento muy detallado de la vida de la máquina, donde aparecen de forma explícita las cajetillas que se han vendido, con lo que no hay duda de la recaudación y del porcentaje que nos llevamos, pactado previamente con el cliente. Antes había muchas empresas que, a la hora de repartir beneficios, le decían al dueño: la máquina tiene 100 euros y yo le doy el 10%, así que le doy 10 euros, pero es que la máquina, a lo mejor, recaudó 500 euros. Nosotros lo que hacemos es darle un informe detallado”.
-¿Se puede decir que, a pesar de ser un sector muy mal visto, les va bien?
“Pues sí. Todos nosotros en la empresa somos conscientes de que el sector está muy mal visto y de que todo el mundo está en contra del tabaco, pero hay unas necesidades que cubrir y nosotros las cubrimos. Desde que nacimos en 2011 hasta este año hemos seguido creciendo. El año pasado facturamos ocho millones de euros, lo que para una empresa que tiene siete años está muy bien. Los márgenes de beneficios después son otro cantar”.
-Sí, es un sector muy lastrado por los impuestos, ¿no?
“Exacto, y hay mucha competitividad. Todos los años sube el precio de las cajetillas, aunque no suba la materia prima, pero aumenta el impuesto o la multinacional también le incrementa el precio porque quiere aumentar sus beneficios. Al final, por las razones que sea, anualmente siempre termina subiendo. Fíjese que ya casi estamos a precio de Península”.
-Ustedes, que tienen máquinas por toda la Isla, sabrán más o menos en qué parte se fuma más.
“Nuestros mejores puntos de venta están fuera del área metropolitana, en los pueblos del Norte. La Corujera, La Matanza, La Victoria… pero es porque en Santa Cruz y La Laguna competimos con los estancos. Y siempre el precio del tabaco en los estancos es más barato que en la máquina, porque nosotros tenemos que repartir el beneficio con el propietario del local. Nuestras mejores máquinas siempre están fuera del centro de las ciudades. Los guachinches y bares pequeños en pueblos pequeños son nuestros mejores clientes con diferencia. Si es verdad que, por ejemplo, ahora en verano decae un poco en estas zonas y crece en las turísticas, como Caletillas,Güímar o Radazul, pero sobre todo por el turismo”.
-¿Cómo les afectan los nuevos hábitos del consumo de tabaco con aparatos como el Iqos de Philip Morris o los dispositivos de vapor?
“Realmente no son competencia, porque, en el caso del dispositivo Iqos, necesita cigarrillo. Se trata de una cajetilla más pequeña que la tradicional, pero ya nosotros tenemos máquinas en la que dispensamos esta nueva cajetilla. Otra cosa son los dispositivos con vapores que, a mi juicio, es más un tema de moda que de necesidad de fumar. Tenga en cuenta además que el sector del tabaco legalmente está como en un limbo. Nosotros nos salvamos un poco en Canarias”.
-Volviendo al tema anterior, ¿considera que pagan muchos impuestos?
“Bueno, pagamos lo que nos dicen que paguemos. El vicio se tiene que pagar, pero es lo que hay. Estamos bien posicionados. No es que queramos crecer mucho, pero la dinámica nos lleva a seguir creciendo porque, entre otras cosas, hay demanda”.

-¿Y las máquinas las fabrican aquí o las traen de fuera?
“No, vienen de fuera.
Nosotros somos los distribuidores oficiales de Azkoyen, que fabrica para nosotros un modelo exclusivo en Navarra y las traemos de allí. También compramos mucha máquina de segunda mano en la Península y Portugal, sobre todo porque el sector está a la baja por la nueva legislación. La norma dice que solamente los estanqueros pueden tener máquinas expendedoras de tabaco”.
-Pero en Canarias no.
“No, no, no. Afortunadamente, aquí no. Hay libre competencia y todo el mundo puede tener máquinas de tabaco. Pero volviendo a lo que le estaba diciendo antes, nosotros aprovechamos esta legislación de la Península para comprar esas máquinas a las empresas que por ley tenían que dejar de venderlas”.
-¿Y salir fuera a Europa o incluso África?
“Por ahora, no. Nuestra intención es seguir creciendo dentro de Canarias, a lo mejor dar el salto a La Palma o a otras islas, creando alianzas con otras empresas, pero siempre quedándonos por el Archipiélago”.
-El Grupo Integral Tabaco también tiene una asociación.
“Sí, creamos una asociación de tabaqueros que se llama Tabacan, porque en Canarias, una región tan importante para el sector, no había nadie que realmente nos representara. Todo el mundo toma decisiones que nos afectan, pero sin tenernos en cuenta, y la creamos para tener una relación fluida con el Gobierno y con la Agencia Tributaria, así al menos cuando se tome alguna decisión que nos afecte, pues ahí estaremos”.
-Bueno, al sector el Gobierno lo deja más o menos tranquilo, sobre todo por lo que recauda.
“Sí, será por los impuestos que pagamos. Por eso creo que a nadie le interesa traer la legislación de la Península, porque, al final, perderíamos muchos empleos y el Gobierno dejaría de recaudar bastante. Entiendo que el tabaco es malo. Nadie en su sano juicio puede decir que es bueno, y por eso es lógico que el Gobierno suba impuestos y haga campañas preventivas, porque fumar es malo, con Iqos, sin Iqos, con vaporizador o sin vaporizador. Pero hay una demanda que hay que cubrir y si se prohíbe, lo único que se conseguirá es aumentar el contrabando”.
-¿Fuma?
“Sí. Y aunque suene a tópico, le digo que me gustaría dejarlo, porque creo que me hace perder mucho tiempo, a parte de dinero ¿Y usted?”.
-No. Nunca.