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Rafael Artemi: “Nuestra fuerza está en la juventud, las ganas de trabajar y la ilusión”

A sus 34 años, ya es propietario de uno de los grupos empresariales de fabricación de muebles, venta de parqué y cerámica, así como reformas integrales de viviendas, más grandes de Canarias
Rafael Artemi, propietario del GRUPO 7 Islas. | Sergio Méndez

A sus 34 años, ya es propietario de uno de los grupos empresariales de fabricación de muebles, venta de parqué y cerámica, así como reformas integrales de viviendas, más grandes de Canarias. El grupo 7 Islas nace de la iniciativa de dos hermanos de Icod de los Vinos que decidieron, en plena crisis, ser sus propios jefes. Uno, Belfir Ayoze González, procedía del sector de la restauración hotelera, y el otro, Rafael Artemi, de la construcción. Las ganas de trabajar, la ilusión y la confianza en sí mismos los llevó a crear, en 2011, el grupo 7 Islas, que tuvo sus orígenes en Gran Canaria.

-¿Cómo fueron los inicios del grupo, teniendo en cuenta que nacieron en plena crisis?

“Pues los inicios fueron duros, no le voy a mentir, pero teníamos mucha ilusión y ganas de trabajar. Empezamos como socios de una empresa en Las Palmas porque allí no tenían a nadie y, después de dos años, yo, que era el que más estaba en Gran Canaria, decido venir a Tenerife, pero seguimos manteniendo la tienda en Las Palmas. Después de un año más o menos en Tenerife, cerramos el local de Gran Canaria porque, al estar en Gáldar, que es un municipio un poco alejado de la capital, nos estaba dando problemas y no nos compensaba. Nos centramos más en Tenerife, aunque también estamos en Las Palmas, pero trabajando con grandes empresas del sector hotelero”.

-¿Cuándo empezaron a ver que las cosas iban bien?

“Si le digo la verdad, desde que empezamos nos ha ido bien. La facturación se ha ido doblando todos los años. En el año 2014 cogimos una obra muy importante y ahí fue nuestro despegue, porque pasamos de tener 10 empleados a 40. Ahora mismo, dependiendo del trabajo, hay épocas que tenemos 70 trabajadores, otras 60…”

-Bueno, ustedes, su grupo, son la prueba clara de que el sector de la construcción y, sobre todo, de la reforma y rehabilitación se está recuperando.

“Sí, bueno, la economía tiene sus altos y sus bajos, pero nosotros vamos por mercado y población. Por eso ahora, después del verano, abriremos en Las Chafiras. Nuestros proveedores nos lo están pidiendo a gritos. Seguiremos manteniendo la tienda en Santa Cruz, pero también estaremos en el Sur y, si todo va bien, no descartamos volver a Gran Canaria. Vamos dando pasos poco a poco. Mire, nuestra fuerza es que somos jóvenes. Yo tengo 34 años y mi hermano 37. Tenemos muchísimas ganas de trabajar y de hacer proyectos. Todos los que llegan a nuestras manos, sean grandes o pequeños, los estudiamos y analizamos. Tenemos expertos que nos aconsejan y nos dicen hacia donde tenemos que ir. Reconozco que con los proyectos grandes no duermo, porque es mucha cantidad de dinero y responsabilidad, pero hay que verlo todo”.

Rafael Artemi, propietario del GRUPO 7 Islas. | Sergio Méndez

-También tienen una inmobiliaria, ¿no?

“Sí. Tenemos asesores que gestionan la venta y la compra y ayudan al cliente a tener una buena financiación. Lo importante es que en la empresa todos los sectores se ayudan unos a otros; el de la cerámica al de las cocinas, y el de las cocinas al de la inmobiliaria. Me importa mucho que todos estén unidos, porque es la mejor forma de atender bien al cliente. Nosotros le decimos y presupuestamos lo que vale la vivienda y la reforma, y se lo hacemos y tramitamos todo. Y, lo más importante, cumplimos a rajatabla con el tiempo de entrega, algo que para el cliente es importantísimo”.

-¿En las reformas integrales ha influido el alquiler vacacional?

“Sí. Hemos hecho muchas reformas a gente que quiere poner su vivienda en alquiler vacacional. Hacemos el llave en mano, que llamamos nosotros; es decir, le ofertamos la reforma completa: electricidad, fontanería, alisado de paredes, cocina nueva, baños… Le damos el piso perfecto para alquilar; decorado con camas, muebles, armarios, cabeceros… Le hacemos un proyecto al cliente y le damos, además, financiación con las mejores condiciones, y así no tiene que estar pendiente de llamar a un pintor, un electricista, un fontanero… sino que nosotros se lo hacemos todo dándole todas las garantías. Le aconsejamos, incluso, la decoración para que quede el piso coqueto de cara a las fotos para las plataformas de alquiler vacacional. Le damos la llave directamente para que pueda entrar una persona a vivir allí”.

-¿Y las reformas hoteleras? Dice usted que no duerme cuando cogen proyectos grandes.

“Sí, bueno, es la responsabilidad. Pero claro, una reforma hotelera es importante para nosotros. Hemos hecho varias en el sur de la Isla. Tenemos gente preparada para presentar los proyectos hoteleros y entrar en todos los concursos. Algunos salen y otros no. Ahora estamos en Corralejo (Fuerteventura) reformando un hotel, y en Los Gigantes. Todo con productos de calidad y con garantía”.

-¿Cómo es trabajar con su hermano?

“Bien, bien. Nos hemos dividido las responsabilidades. Él lleva la parte fuerte, que son los proyectos con la parte económica, contacto con los proveedores y presupuestos. Y yo estoy más centrado en el día a día. En mantener unido el equipo y en el contacto con los clientes particulares. Nos apoyamos mucho. Todas las noches nos llamamos por teléfono y comentamos cosas. Ahora estamos involucrados en el proyecto de Las Chafiras, en el que tenemos mucha ilusión. La idea es inaugurar en septiembre, pero si no, no pasa nada. No tenemos prisa, porque lo que queremos es que todo esté bien preparado. Lo que nos queda ya es crecer y estar ahí día a día”.

Rafael Artemi, propietario del GRUPO 7 Islas. | Sergio Méndez

-¿Tienen pensado salir fuera de las Islas?

“Por ahora no. Las islas parecen chiquitas, pero hay muchos clientes. Se está reformando mucho y continuamente”.

-Ustedes crecieron en la crisis, así que tienen experiencia.

“Crecer en la crisis te enseña muchas cosas, entre ellas a estudiar muy bien las cosas. Ahora hay entre siete y ocho hoteles reformándose. En la época de crisis había solo dos, y para poder coger estas obras, ¡imagínese! Tenías que ser diferente y marcar la diferencia, en servicio, tiempo y calidad. Por ejemplo, nosotros no cobramos por hacer los proyectos ni por ir a medir a las casas”.

-¿Cómo se presenta el futuro para ustedes y para el sector?

“La verdad es que para nosotros este va a ser un año fantástico. Ha surgido lo de Las Chafiras y es como un tren que se para y o te subes o pasa, y por eso decidimos arriesgarnos. Vimos la oportunidad de tener un buen local gracias a nuestros proveedores y allí estaremos. Estamos buscando comerciales y espero que también podamos crecer en empleo”.

-¿Le cuesta encontrar trabajadores?

“Nosotros hemos tenido suerte. Trabajamos mucho con la Universidad de La Laguna. Traemos becarios y ahora hay tres que empezaron como becarios y ya son fijos. La verdad es que, por ahora, hemos acertado. Hay ocasiones en las que miramos el lado profesional y la experiencia de muchas personas que se acercan a la empresa a pedir empleo, pero vienen con sus formas de trabajar y manías, y nosotros vamos por otro lado. A mí, particularmente, me ilusiona más formar y preparar a gente joven y darle una oportunidad a la gente que acaba de terminar. Vienen con más ganas, y se nota mucho el interés que ponen por aprender y trabajar. Mire, al final los trabajadores son lo más importante de una empresa y por eso cuando contratas a alguien es una inversión que hace la empresa. Con la gente joven que viene de la ULL la inversión es pequeña y el resultado es mayor, mientras que cuando tiras de un profesional más formado, la inversión es más grande y su adaptación a la empresa es más lenta. Yo prefiero que la gente joven se forme con nosotros y crezca con la empresa. Este trabajo tiene algo de psicología también, porque en muchas ocasiones los comerciales se tienen que enfrentar cuando van a hacer una reforma con el marido que le dice que haga una cosa y después lo llama la mujer diciéndole otra. Hay que tener mucha mano izquierda para encarrilar esta situación. Lo mismo con el presupuesto, que muchas veces se ajusta y se ajusta… Hay que saber que, a lo mejor, se puede ajustar por un lado, pero por otro no. Nosotros tenemos muy buenos ingenieros de edificación, pero que no son comerciales y que les llega una situación de estas y no saben cómo manejarla. Es complicado, no se crea que es tan fácil ser comercial en este sector. Por eso en el grupo todo el personal ha sido entrevistado y, por ahora, cero problemas”.

-¿Es complicado dirigir una empresa tan grande como la suya siendo un empresario tan joven?

“A mi hermano y a mí nos gusta ser cercanos con los empleados. Hablar con ellos. Ver qué les pasa cuando están decaídos y nos cuenten su problema. Queremos que se encuentren bien en la empresa, y por eso es muy duro cuando tenemos que decirles que se tienen que ir al paro porque hay meses que no ha habido mucho trabajo. No es nada fácil, por eso me hace muy feliz cuando los volvemos a llamar y nos dicen que están trabajando. En este trabajo, de vez en cuando, se hace muy feliz a la gente. No solo a los clientes que se quedan satisfechos, sino a los empleados y a las pequeñas empresas que subcontratamos”.

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