Reconstruir la ciudad

El sistema de planeamiento en España no funciona. Parte de errores heredados de las economías planificadas. Simula realizar una anticipación de la realidad y mantenerla en el tiempo. Su existencia se ve lastrada en dos conflictos. Le pedimos a los planes seguridad jurídica y resolver el conflicto territorial. Cuyas expresiones se concretan en el deslinde de competencias Madrid–Periferia, asumiendo la primera la competencia patrimonial y la segunda las urbanísticas. Se complica al sumarle el problema medioambiental y la Bolkestein, de liberación de servicios. Las autonomías legislan deconstruyendo la unidad y la seguridad del mercado, a través de las discreciones ambientales, urbanísticas y patrimoniales. Ello hace que la nueva Ley del Suelo de Canarias sea la más compleja de España. Transparencia y participación amplían el “laberinto autonómico español”, que diría el comisario europeo Moscovici.

Lo visualizamos desde tres casos singulares. Barcelona en su ensanche olímpico del 92; Madrid en Chamartín, Nuevo Norte 2018, y Santa Cruz, en su ensanche de la Refinería. Barcelona resolvió con la Olimpiada 92, Madrid lleva más de 25 años y Santa Cruz 30 años para arrancar. En los tres casos, la ciudad se enfrenta a reconstruirse sobre espacios de bajo valor urbano, ocupados por infraestructuras y usos industriales obsoletos. Esto mismo lo hemos visto en muchas ciudades españolas, Bilbao, Málaga, Avilés, Cartagena, Ferrol, etc., con resultados a la vista.

En 1986, Oriol Bohigas, autor del Plan de la Barcelona Olímpica, en Reconstrucción de Barcelona nos daba sus claves. Sostenía la tesis de que “el urbanismo no es posible”. Al entender la ciudad como yuxtaposición de fragmentos y no como un sistema global cerrado. Leía la ciudad como la suma de problemas parciales. Contra los que pretenden abordarla con mentalidad antiurbana. Contra los ruralistas, que han suburbanizado las nuevas ciudades, lo mismo que han hecho los vialistas, segmentando barrios con el trazado de vías especializadas. Se declaraba urbanita, defendiendo la ciudad como marco ambiental civilizado.

Reconstruirla desde las permanencias, adecuadas a las necesidades, siendo creativos, sin mimetismos estilísticos. “Urbanizar la ciudad”. El ensanche de Barcelona recuperó cuatro kilómetros de playa, sobre unas 400 hectáreas de ciudad densa, completando el ensanche de Cerdá, hacia el mar y el norte. Pacificó dotaciones, zonas verdes y el sistema de rondas. Madrid, en las 312 hectáreas de la Operación Chamartín, Madrid Nuevo Norte acaba de cerrar un largo proceso de 25 años, desde las diferentes visiones de los agentes sobre el espacio y sus usos. Autonomía, Ayuntamiento, Renfe y la Promotora BBVA y San José. Luego de reducir el 20% la edificabilidad inicial, la han dejado en 0,85 metros cuadrados/metros cuadrados. Un gran Centro de Negocios para un Madrid europeo y global. Con 11.000 viviendas, el 20% de ellas protegidas. Localizará la torre más alta de España y 150.000 empleos.

Santa Cruz de Tenerife aborda con la refinería un reto mayor que Barcelona y Madrid. Sobre 56 ha, la mitad de la ciudad histórica, la ensancha hacia el sur. Reconstruir Santa Cruz. Nueva playa en su frente litoral. Dotaciones y Equipos. Ciudad Verde. Ciudad densa, centro de negocios, turismo y residencia, con vivienda protegida. Priorizar el empleo, puede generar 15.000. Recuperar las permanencias de Santa Cruz, en el diseño del viario y zonas verdes. La operación reequilibra los juzgados, y ofrece la oportunidad de reforzar el papel capital de Santa Cruz hacia la isla, Canarias y en su posición atlántica. La ciudad no se hace con prohibiciones, sino con decisiones positivas y comprometidas, con realizaciones concretas y pactadas.