El Museo de la Naturaleza y el Hombre está preparado para evitar una tragedia como la de Brasil

Un voraz incendio destruyó este domingo el Museo Nacional de Brasil, en Río de Janeiro, una institución con 200 años de historia y de la que se ha perdido entorno al 90% de unos fondos de 20 millones de piezas. Y todo apunta a que las causas son el deficiente mantenimiento del edificio debido a la falta de financiación del Gobierno brasileño, a lo que se suma la carencia de un sistema antiincendios. “Es una desgracia terrible, una pérdida científica, humana y cultural.No ha sido algo casual, sino fruto de una dejadez de años”, lamentaba ayer Amaya Conde, consejera de Museos del Cabildo de Tenerife y presidenta de la red insular de museos, en declaraciones a DIARIO DE AVISOS..

“La situación vivida en Brasil, a ese nivel, es imposible que pase aquí”, afirma tajante. “Puede ocurrir un incendio, un accidente, a veces hay cosas inevitables o gente con mala fe, como ocurrió en el Hospital Nuestra Señora de la Candelaria. Uno no puede controlar todas las variables”, reflexiona Conde. “Lo que sí hacemos es estar preparados para evitarlo trabajando en la prevención y en la actuación temprana” para que los daños sean los mínimos posibles, tanto personales como materiales y culturales.

Desde hace aproximadamente dos meses el Museo de la Naturaleza y el Hombre (MNH) cuenta con una renovada central antiincendios. “Teníamos algún problemilla y ahora está perfectamente”, afirma la directora. Consta de un equipo de videovigilancia y alarmas, “todo un sistema de control y prevención, con una de las tecnologías más modernas que existen, que alertarían de inmediato al Consorcio de Bomberos de Tenerife, que enviarían de inmediato una cuba, así como a la policía y al técnico del museo correspondiente”, explica Amaya Conde. A parte de todo ese sistema tecnológico, el MNH tendrá personal físico presente en el edificio las 24 horas del día. Para todo este mecanismo de vigilancia antiincendio, el organismo dispone de un presupuesto de 20.000 euros al año.

“Además”, añade, “tenemos un protocolo de actuación con el Consorcio en el que los bomberos, en caso de un incendio o algún incidente en la Casa Lercaro (Museo de Historia y Antropología situado en La Laguna), saben qué piezas museísticas tendrían que salvar primero”.

El resto de museos cuenta con personal que vigila las instalaciones permanentemente pero ahora, tras unos años duros de crisis, se están instalando nuevos sistemas de seguridad. “Un sistema de videovigilancia en el que todas las alarmas están conectadas con la empresa de seguridad”, detalla Conde. “Todas las cámaras se activan inmediatamente si ocurre algo fuera de lo normal, como un intruso o un fuego”. Pero siguiendo la línea de prevención, esta tecnología también avisaría cuando el propio sistema tuviera un problema o fallo, “como, por ejemplo, que una alarma se quede sin batería”. Un sistema que cuida de sí mismo para evitar males mayores.

“Todos los edificios de Museos de Tenerife tienen su propio plan de emergencias, además de realizarse simulacros cada cierto tiempo”, afirma Conde. “La seguridad de nuestros museos no consiste solo en poner unas cámaras de vigilancia. Es un trabajo constante. Los planes de seguridad no pueden ser un informe que se guarde en un cajón. Cada vez que hay un cambio de director se modifica dicho plan, o más bien lo adaptamos a la nueva realidad, ya que cambia el personal”. Es decir, no se cambian por ejemplo las vías de evacuación en caso de una tragedia, sino las personas responsables de las mismas. “Estamos revisándolo continuamente y adaptándolo según las necesidades”.
Importantes son también los controles de seguridad. “Tenemos trabajadores propios que revisan los sistemas de forma periódica cada mes, mes y medio, además de la empresa de seguridad que gestiona todo junto a nuestro personal”.

Mantenimiento

La seguridad, como apunta Amaya Conde, no puede depender solo de un buen sistema de seguridad o antiincendios. El caso de Brasil es la clave: el mantenimiento del Museo Nacional brasileño era muy deficiente. Museos de Tenerife tiene un presupuesto aproximado de 700.000 euros para las labores de mantenimiento de los inmuebles y para las posibles obras de mejora. Lo importante es que los edificios estén impecables. “Nosotros tenemos un sistema de mantenimiento de los edificios importante. Anualmente se revisan las tuberías, los canalones, la techumbre, las maderas, la instalación eléctrica”, especifica Conde. “Puntualmente se contratan empresas, pero en realidad es un trabajo que hacemos día a día. Nuestros trabajadores están pendientes todo el año”.

La directora quiso destacar el gran trabajo que se realizó en los peores años de la crisis, “con todo lo que había, porque fueron años duros; el personal hizo un esfuerzo en cuestión de mantenimiento para que las reformas no fueran tan numerosas”.

Amaya Conde no duda en afirmar que en el caso de que se produjera un incendio descontrolado como en Brasil “lo primero es salvar a las personas. Nuestra política es que hay que salir y punto. Después, lo de intentar rescatar las obras u objetos de valor cultural lo tienen que hacer los efectivos de Bomberos, que para eso son los profesionales”, afirma. “Puede ocurrir algo, pero tenemos todas las medidas para pararlo”, concluye Conde.

“La aportación del Cabildo para mantenimiento es más que suficiente”

“El Cabildo nos da un presupuesto general donde incluimos sueldos, el mantenimiento, las publicaciones y exposiciones, y ahí nosotros jugamos para asumir los costes de mantenimiento y ver cómo gestionamos los demás”, afirma Conde. “Siempre se puede hacer mucho más, pero ahora mismo tenemos una aportación adecuada y más que suficiente para mantener en buen estado todos los museos”, además de apoyos puntuales que la directora agradece.