El conocido como edificio amarillo de Miraflores, construido en 1936 y que se encuentra en un importante estado de abandono, se derribará este mes de septiembre. La primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz, Zaida González, anunció a principios de julio que la licencia de demolición del inmueble ya estaba autorizada, y el concejal de Urbanismo, Carlos Tarife, apuntó ayer que, a falta de la confirmación del día exacto, el derribo tendrá lugar entre esta semana y la que viene.
“La demolición está más que justificada debido al mal estado del inmueble y a las complicaciones añadidas que presenta la parcela, con un riesgo objetivo para la seguridad estructural del edificio y para la propia seguridad de viandantes y bienes”, argumentó Zaida González el pasado julio.
Paralelamente, el Ayuntamiento está manteniendo reuniones con los propietarios de los inmuebles de Miraflores que el área de Patrimonio del Cabildo de Tenerife prohíbe derribar, para intentar encontrar una solución a través de un Programa de Actuación sobre el Medio Urbano (PAMU). “Para intentar salvar esas edificaciones y que ellos edifiquen en otras partes de la parcela, reordenando y manteniendo lo que pide el Cabildo que se proteja y generar incluso un pequeño espacio urbano, les hemos sugerido esta idea para desbloquear una situación que, si no se desbloquea, se va a judicializar”, explicó Tarife. Una propuesta que se irá concretando técnicamente en próximas reuniones.
ANTIGUO SANTA CRUZ
Por otra parte, los grupos PSOE y Sí se puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz han manifestado su preocupación por que el borrador del Plan Especial del Antiguo Santa Cruz, promovido por el Gobierno municipal de CC y PP, posibilite la demolición de edificios históricos a través de una nueva categoría de protección documental.
“No se trata de derribar casas que estén protegidas”, respondió ayer Tarife. “Se trata de una idea novedosa, de tal manera que, en aquellos inmuebles que no tengan protección ninguna, pero que pertenezcan al Antiguo Santa Cruz, se haga esa documentación digital de cómo eran las calles de la ciudad. No me parece mala idea, sí me parece mal encargárselo al propietario, creo cualquier área del Ayuntamiento debería hacer un esfuerzo por tener esa documentación; pero aquí no estamos hablando de utilizar esa figura para derribar casas que tengan valores patrimoniales. Y mi compromiso como concejal de Urbanismo es que vamos a revisar el catálogo y solucionar el conflicto con el Cabildo”, sostuvo el concejal.
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