El casco histórico de la capital tinerfeña, denominado Antiguo Santa Cruz y declarado Bien de Interés Cultural en 2007, sufre un deterioro de sus edificaciones, a la vez que una cada vez menor presencia de vecinos, lo que amenaza con convertirlo en un casco histórico fantasma. De hecho, de las 279 parcelas edificadas en la actualidad en el entorno del Antiguo Santa Cruz, más del 40% sufren hoy en día abandono o están sin uso aparente, según recoge el plan especial en el que trabaja la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento, y que está siendo redactado por los profesionales Federico García Barba y Joaquín Mañoso.
Por ello, el objetivo de este plan, que se encuentra aún en la etapa de borrador y pasando la primera fase de evaluación ambiental por parte del Gobierno de Canarias, es revitalizar y repoblar esta zona a través de distintas alternativas.
Pero es en lo correspondiente a la protección y rehabilitación patrimonial donde ha surgido la polémica en estas dos últimas semanas.
Concretamente con la creación de la nueva figura de catalogación documental, que engloba a 28 inmuebles que, según los redactores del plan, “no reúnen condiciones, ni por su valor estético ni histórico ni cultural, que tengan algún interés como para ser conservados”. “Y tampoco su conservación supondría una especial contribución a la escena urbana del Antiguo Santa Cruz”, por lo que se permitiría su demolición, pero apuntaron que “sí tienen el suficiente interés como para formar parte de la memoria histórica de la ciudad”, a través de un inventario de su situación actual y de una colección fotográfica.
Sin embargo, desde la oposición denunciaron que entre ellos hay edificios como la antigua sede de la Caja de Ahorros, el Círculo de Bellas Artes y varios de las calles del Castillo, La Noria, La Palma y Santo Domingo que, a juicio de Sí se puede, tienen “enorme valor patrimonial e histórico, algunos ya catalogados o susceptibles de catalogación de conformidad con la nueva propuesta del Cabildo”. “Esta es una nueva propuesta política planificada por el equipo de Gobierno para permitir la eliminación de determinados bienes de la ciudad para poder especular con los solares, tratando de eliminar cualquier protección de la que sean merecedores”, añadieron.
Críticas a las que se sumaron las de la Asociación Nuestro Patrimonio, así como las dudas del resto de partidos de la oposición en el Ayuntamiento, que expusieron el pasado jueves en la Comisión de Control. En este sentido, el portavoz del PSOE santacrucero, José Ángel Martín, mostró su apoyo a esta documentación gráfica, que considera que debería extenderse al resto de planes especiales, pero indicó que “quizás se ha explicado mal el objetivo de esta catalogación”, porque “no se está entendiendo correctamente”, ya que “no tiene sentido catalogar documentalmente un bien, porque algún interés tendrá, y que después se pueda demoler”.
El concejal de Urbanismo, Carlos Tarife, calificó estas críticas de “falta de respeto” hacia el trabajo de los redactores del plan, quienes, esta semana, mostraron su sorpresa ante las afirmaciones de quienes sostienen que estos inmuebles tienen “valores patrimoniales importantísimos”, que ellos no ven, y recordaron que la propuesta de catalogación se ha hecho con una “evaluación realizada por arquitectos con gran experiencia práctica, ayudados por historiadores y ambientalistas”.
“Baja calidad estética”
En concreto, el equipo redactor argumenta, en el documento del plan especial, que, por ejemplo, la antigua sede de la Caja de Ahorros, de la década de 1950, cuenta con unos “elementos constructivos aparentes” que corresponden “a un estilo arquitectónico de carácter autárquico”, está “caracterizado por una altura muy superior a los monumentos próximos” y su “inserción urbana aislada en una localización de transición distorsiona el carácter histórico general”. Asimismo, la sede del Círculo de Bellas Artes “es un edificio entre medianeras de la década de 1940, cuyos elementos constructivos aparentes corresponden a un estilo arquitectónico de carácter autárquico de muy escaso valor formal, nulo interés morfotipológico en su interior y con muy baja calidad estética”, explican.
Otro de estos 28 inmuebles se ubica en la calle Doctor Allart, número 31, de la década de 1930, y que, según el equipo redactor, “no presenta elementos constructivos relevantes ni otros valores patrimoniales reseñables. Incluso su sistema de balcones corridos supone una distorsión a la fachada urbana en la que se sitúa”.
Varios de estos edificios se encuentran también en la calle La Palma, en los números 2, 7, 8, 9, 17 y 25. Se trata de un conjunto de inmuebles del siglo XIX, excepto el del número 25 que es de 1930, de “escaso valor formal” y que no tienen “otros valores patrimoniales reseñables”.
En la Calzada de la Noria hay otros tres (números 3, 5, 7) sin “valores patrimoniales reseñables”. Además, el del número 5 es “un edificio especulativo de tres plantas de carácter ecléctico, cuya excesiva altura supone una distorsión al ambiente histórico tradicional en este entorno”.
La comercial calle Castillo también concentra varios de estos inmuebles, en los números 19, 38, 48, 52, 56 y 66. Por ejemplo, el del número 19 “conserva en parte su fachada, pero ha sido profundamente reformado recientemente” y, además, “se inscribe en un entorno totalmente transformado con edificios de muy superior altura por lo que su fachada urbana está altamente distorsionada”. En esa misma vía está también el Edificio Los Patios, en el número 56, que se trata de “una obra reciente construida en el último tercio del siglo XX y que no ha sido reconocida por la historiografía o la crítica arquitectónica”.
Los demás inmuebles se reparten entre las calles Cruz Verde (3, 5), Valentín Sanz (10, 13), Santo Domingo (11, 16, 18), Imeldo Serís (92), Clavel (92) y Afilarmónica Nifú Nifá (18)
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