despuÉs del paréntesis

Los cojos

Un ciudadano, por ejemplo yo, se acerca a una gran superficie porque tiene algo que comprar, pongamos un soplete o una cámara de gas

Era un día normal. Un ciudadano, por ejemplo yo, se acerca a una gran superficie porque tiene algo que comprar, pongamos un soplete o una cámara de gas. El amplio aparcamiento aparecía lleno de coches. Es decir, respondes, sin éxito, a las preguntas que siempre te formulas para esos casos: hasta dónde llega la crisis o cómo distribuye el tiempo de su vida la gente o el sentido común se encuentra en estos lugares… No prevés tantas personas atareadas en el interior de esas dependencias. Luego, confirmas: todas las zonas cercanas a las puertas de entrada ocupadas; las de los aledaños también; al fondo uno o dos sitios libres; y al final, final…, todo para ti. Mas hete aquí que justo al lado de la entrada principal, cuatro plazas para inválidos. Las marcas azules y las líneas blancas coronan tus suspiros. Procedí. La cuestión no es aceptar la responsabilidad civil sino cómo se articula la defensa de la responsabilidad civil. Contemplas a tu alrededor el mundo, que más de una vez lo precisas caprichoso, frívolo o perverso, y admites que se mueva a favor de instancias precisas porque eres razonable. Y citas argumentos, sabes que (aunque tú formes parte de esa estadística) es impúdico cobrar más por el mismo trabajo que una compañera. Tal como se mueve esta siniestra sociedad, conoces cuál es la réplica: mi sueldo es mi sueldo y si más, más. Pero tal actitud no se somete a lógica alguna. Es preciso actuar, corregir e incluso compensar. Igual que la paridad en cargos de empresas, representaciones políticas o universitarias. De donde observas, mujeres en consejos de administración, mujeres que dirigen estados o rectoras de universidad. Algo falla. Más si repasas lo que en siglos ha ocurrido en manos de los hombres: guerras iracundas, matanzas y genocidios dramáticos y espeluznantes o asesinatos pavorosos como Cristo, Gandhi o Luther King. Ni justo ni bien. Habrá que ceder el paso.

TE PUEDE INTERESAR