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Con ustedes ¡el Cabildo de Tenerife!

Este es el Cabildo de Tenerife. Si encuentran algo mejor, cómprenlo. El presupuesto del Auditorio, al que dieron el nombre de Adán Martín (pero que nadie lo llama así) pasó de 4.000 millones de euros a 14.000 millones en números redondos. Nadie lo explica, ni Calatrava. El ITER lleva 25 años compitiendo con el ITC y con otras agencias del Gobierno Autónomo. No conozco tesis doctorales salidas de ahí, ni siquiera una tan chimba como la de Pedro Sánchez. El Cabildo de Tenerife ha pagado 330.000 euros anuales por el Festival Starmus. El Gran Computador del Cabildo hace la competencia a operadores privados a costa nuestra, sin necesidad. La gestión en las carreteras está judicializada por presuntas irregularidades, entre ellas supuestas facturas dobles. La gestión de las empresas públicas es, cuanto menos, liosa. Parece que hay algún medio de comunicación que se ha forrado con la publicidad. Lío en la piscifactoría de Aguamansa. Carece de permisos y también de controles. Lío en la gestión de la feria de artesanía. Nadie da explicaciones. Desfalco en Simpromi, al menos por supuesta culpa in vigilando de directivos de esta institución. Hay un imputado. Desfalco en el recinto ferial, del que no se ha vuelto a hablar. Como si se tratara de un plato de judías. El Cabildo contrató en 2010 un swap –permuta financiera- de 188 millones de euros, a un interés fijo del 4%. Dice el Tribunal de Cuentas que las pérdidas que ha acarreado este swap al organismo insular ascienden a 25,8 millones de euros. Si se hubiese suscrito un interés variable no se habrían producido. Podemos denuncia que Turismo de Tenerife dejó de pagar 791.184 euros a la Hacienda canaria en concepto de IGIC, según creo en lo que va de 2018. ¿Quieres más, Carlos Alonso?

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