Un albergue saturado es la consecuencia de que, de nuevo, una decena de personas duerman en colchones a las puertas del Pancho Camurria. Así lo denunció, ayer, la Asociación de Vecinos de Azorín, que se ha convertido en una suerte de vigilante del barrio que da nombre al colectivo vecinal, ya que, afirman, nadie más se preocupa de dar una solución a las personas sin hogar. “Esta mañana (por ayer) pasó la Unipol y Urbaser a retirar los colchones, pero tenemos las fotos que demuestran que una decena de personas sigue durmiendo a la intemperie”, detalló el presidente, Ángel Brito. No es la primera vez que esta asociación denuncia la situación de las personas sin hogar, que, con el Centro Municipal de Acogida a dos pasos, no pueden hacer uso de él porque está saturado. Sin ir más lejos, la semana pasada avisaron de que hasta cuatro tiendas de campaña se instalaron en el poblado de chabolas del Pancho Camurria. “Avisamos porque no podemos permitir que siga creciendo y dejar que la gente viva en esas condiciones”, agregó Brito.
Para el presidente de la asociación, “si el Ayuntamiento de Santa Cruz no puede solo hacer frente a esta situación que exija una mayor colaboración del Gobierno de Canarias y del Cabildo. No solo es la gente que está durmiendo aquí o en el poblado de chabolas, son los que lo hacen en coches, en cajeros o al raso en cualquier parte”.
Brito apunta directamente al alcalde, José Manuel Bermúdez, al que exige más comunicación con los vecinos y también más implicación. “Lleva casi ocho años al frente del Ayuntamiento y no ha hecho nada por desmantelar las chabolas del Pancho Camurria. Se que no es un problema fácil de solucionar pero en ocho años algo se tendría que haber hecho”.
Denuncia este líder vecinal que el barrio de Azorín es el núcleo “con más carga social de Canarias” y aprovecha para solicitar a cuántos quieran ayudar la donación de comida y ropa que la asociación se encarga de repartir entre las familias más necesitadas del barrio.
Desde el Ayuntamiento de Santa Cruz confirman que se puso en marcha el protocolo para estas situaciones tras la alerta de Azorín, que es la de enviar a la Unipol a movilizar a las personas y Urbaser a retirar los enseres. También confirman que el albergue está lleno, pero, recuerdan que es el único espacio que hay de este tipo en Santa Cruz y que, también, con frecuencia, hay personas que no quieren cumplir las normas de estancia en el albergue y prefieren dormir con un colchón al raso.
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