el charco hondo

Elogio de la duda electoral

Alguien dijo (fue Bertrand Russell) que la filosofía es siempre un ejercicio de escepticismo o, en esa idea, que aprender a dudar implica distanciarse de lo que nos viene dado, poniendo en cuestión tópicos y prejuicios, cuestionando lo incuestionable

Alguien dijo (fue Bertrand Russell) que la filosofía es siempre un ejercicio de escepticismo o, en esa idea, que aprender a dudar implica distanciarse de lo que nos viene dado, poniendo en cuestión tópicos y prejuicios, cuestionando lo incuestionable. Examinar. Razonar. Analizar. Cuestionar. Tirando del elogio que Victoria Camps hace del saludable ejercicio de dudar, cabe recordar que mejor anteponer la duda a reaccionar visceralmente, alimentando así una actitud dubitativa pero no como parálisis de la acción, según Camps, sino como ejercicio de reflexión. Con esa manera de gestionar lo que nos va llegando algunos podemos explicar que, incluso habiéndose aprobado la reforma del Estatuto de Autonomía con su reforma del sistema electoral a juego, muchos o pocos, tanto da, sigamos teniendo dudas sobre qué vamos a encontrarnos en mayo, cuando entremos en los colegios electorales (quienes vayan, porque a pesar de que los entusiastas se acaloren al oírlo o leerlo tan democrático es votar como decidir no hacerlo). Aunque algunos se sofoquen cuando otros optamos por mantener abiertos algunos interrogantes (¿por qué en Demócratas para el Cambio hay almas que se enfadan porque otros dudemos?), dados los antecedentes de los precedentes de los antecedentes de la eternamente aparcada reforma electoral, unos cuantos, escépticos incorregibles, no dejaremos de preguntar mientras no se den los pasos instrumentales que, una vez aprobado el Estatuto, deben darse en el ámbito parlamentario; por ejemplo, para fijar cómo va a articularse finalmente la entrada de los diputados autonómicos -por ley, sí, pero cómo se hará-. Que nos perdonen los que lo tienen todo tan claro, los alérgicos a las dudas o a las preguntas con o sin respuestas. Que nos perdonen aquellos que dan por finiquitado el proceso. Que nos den otra oportunidad, y que vuelvan a la conversación calmada y didáctica que proponemos. Que nos dejen dudar, y que respeten que por muy aprobado que esté el Estatuto sigamos preguntándonos qué vamos a encontrarnos en los colegios electorales de 2019. Quienes tenemos la manía de dudar somos así. Nos ponen delante una moto con forma de moto, ruedas de moto y aspecto de moto, e incluso así nos preguntamos qué interrogante no hemos abierto para en la medida de lo posible impedir que nos vendan otra moto.

TE PUEDE INTERESAR