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Cárceles, cambio climático y jardines

Noviembre se ha ido, es un mes expansivo en cultura. Me centro sólo en La Laguna y Santa Cruz

Noviembre se ha ido, es un mes expansivo en cultura. Me centro sólo en La Laguna y Santa Cruz. En el Cristino, el Octavo Encuentro de Arte y Pensamiento, coordinado por Fernando Castro y Clara Armas y en la Real Academia de San Miguel, en el Irineo de Santa Cruz, el ciclo Jardines Históricos de Canarias, dirigido por Federico García Barba. Con la cultura soy selectivo y valoro lo que me interesa. Entiendo el Arte como instrumento activo. Situado hoy en las fronteras del conocimiento, nos abre a nuevas realidades.

Dolores Antigüedad, catedrática de Arte de la UNED, nos habló en el Cristino de Giovanni Piranesi (1720-1778). Arquitecto dedicado al grabado en la Roma de finales del XVIII. Sólo proyectó la iglesia donde lo enterraron, pero su influencia en la arquitectura es universal. A través de sus cárceles reinterpreta las ruinas del pasado. Este elogio de la ruina noble le permite descubrir el volumen del edificio, suprime el ornato y aparece la vegetación en espacios basilicales con luz natural indirecta. Frank Lloyd Wright, en las oficinas Larkin de Buffalo en 1903, nos acerca en su interior a las basílicas iluminadas de Piranesi como en el Museo Guggenheim de Nueva York (1959), con su rampa helicoidal que nos asciende al cielo. Norman Foster, en el Banco HSBC de Hong Kong (1998), crea un interior piranesiano, con el mismo juego de escaleras y luz que parecen no ir a ninguna parte.

Tonia Raquejo, de la UCM, en Arte y conciencia ecológica en la era del deshielo, cae en la actual vulgarización del cambio climático, ligado a la actividad humana sobre la biosfera. Cuando en él inciden sucesos catastróficos, evolución geodinámica, sistema biosfera-atmósfera, las fluctuaciones de la órbita terrestre y el ciclo de la declinación de la Tierra. Mientras tanto, convertimos el mar en una cloaca, no respetamos el ciclo del agua y los plásticos desde el fitoplancton, han entrado en las cadenas tróficas de la vida. Sugerente su interpretación del arte para generar conciencia, responsable ante las agresiones al medio, activo en la conciencia personal, capaz de construir nuevas realidades. Sugerente su imagen del iceberg, donde emerge la conciencia, y se sumerge el 90% del inconsciente.

En el Irineo de Santa Cruz, los Jardines en la Historia de Canarias. Cinco sesiones con tres arquitectos, un botánico y un historiador que amplían realidades. Canarias incorpora en la historia especies vegetales del mundo, luego del siglo XVIII, es base de aclimatación para Europa de plantas utilitarias y decorativas. Canarias es un mundo criollo que integra y transmite sincretismo paisajístico identitario. Y por ello son inconsecuentes los marcos normativos que prohíben lo no autóctono. Al cierre, Fernando Castro encajó la figura de César Manrique.

El último artista del Mando Económico, 30 años después de Néstor en Gran Canaria y Marrero en Tenerife. Con el presidente del Cabildo realizó los siete centros turísticos de Lanzarote, hoy soporte de la imagen y servicios de la isla. Antinomias, paradojas y contradicciones de un artista poliédrico, animista y atlántico. César vivió el Nueva York artístico de los 60, con el expresionismo abstracto que ejerció, el ready made, el arte pop, el arte povera, el land art; todo lo absorbe, artista de lo manual, del espacio y del lugar. Con la legislación actual, la obra de César no existiría. Desarrolló los Jameos del Agua (1980) sobre una colada volcánica singular y el Jardín de Cactus (1990), rehabilitando una cantera de picón. Hoy reconocido con el Premio de la Fundación Benetton Carlo Scarpa, el más prestigioso del mundo en términos de paisaje, conjuntamente con el paisaje antropizado de La Geria.

ontra la norma y la política en el arte y a favor de la ciencia, el pensamiento y la libertad.

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