el charco hondo

Tocando de oídas

Afinar es, según cuentan los elegidos que tienen oído, cantar o tocar un instrumento en sus tonos justos y exactos, sonidos que el cerebro retiene en un espacio específico. Cuando se interpreta una melodía, o lo que sea, memoria y reproducción se conectan, lográndose la afinación si las cuerdas vocales vibran según el modelo memorizado, o malográndose cuando, como le pasó a Pablo Casado días atrás, sea por mala audición, falta de atención, escasa memoria, mala emisión, inseguridad tonal o vocal, escasa adaptación o falta de técnica, el presidente del PP metió un gol en propia puerta a los suyos de por acá, proponiendo a Canarias como sede de la OTAN (dadas las fechas, cabe resumirlo contando que Casado les trajo carbón). Con alguna dificultad para identificar la diferencia entre la OTAN y el mando que gestiona los programas militares de Estados Unidos en África, el presidente del PP arengó que la Alianza Atlántica debe utilizar el Archipiélago para liderar desde aquí la defensa en el Sahel; y, obligados a deshacer el gol, evangelizan los del PP local que lo que Casado tenía en la cabeza cuando dijo lo que efectiva, precisa y literalmente dijo fue la oportunidad de utilizar Canarias como puente para la cooperación, el desarrollo y las ayudas humanitarias -claro, claro..-. Hay mil maneras de desperdiciar un viaje a las Islas, y Casado prefirió echar a perder el suyo tirando de un recurso extemporáneo, antipático e inoportuno. Extemporáneo porque hay un catálogo de ochenta asuntos que sí están entre las prioridades o urgencias de estas Islas, listado en el que no aparece el papel que nos corresponde en la guerra de las galaxias. Antipático porque al canario-tipo lo de la OTAN nunca le fue simpático, y ahí está el resultado del referéndum, que fue en los ochenta, sí, pero que sembró una cierta cultura sobre el particular. Inoportuno porque, más allá de lo poco dados que somos a hacer ruido por lo militar, olvidó Casado, mal asesorado o mal improvisado, que a Canarias no le interesa estar en ese mapa, en otros sí, pero en el de las bases militares bastante menos o nada. Dejemos esa fiesta en paz, no vaya a ser que llamemos la atención con lo que no debemos. Casado y Sánchez empiezan a parecerse bastante, tanta ocurrencia los tiene con sus electorados dejándose querer por otras opciones limítrofes. El presidente del PP desafinó porque lleva semanas, o meses, tocando de oídas.

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