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Conversaciones en Los Limoneros: “Pedro Sánchez es altanero y soberbio y le encanta escucharse”

Melisa Rodríguez es diputada al Congreso, portavoz adjunta y secretaria de Juventud, Energía y Medio Ambiente de Ciudadanos
LIMONEROS MELISA RODRÍGUEZ 2
LIMONEROS MELISA RODRÍGUEZ 2
Melisa Rodríguez, diputada, portavoz adjunta de CiudadAnos en el Congreso. / FRAN PALLERO

Un día, hace unos cuantos años, vi su foto en este periódico y me dije: “Qué tía más interesante”. Entonces llamé a Juan Amigó, dirigente de Ciudadanos (Cs), y le pedí conocerla. Nos fuimos a almorzar a un restaurante de la calle Viera y Clavijo de Santa Cruz. Y entonces me di cuenta de que estaba ante una persona dulce, inteligente, con pocos miedos, que sabía lo que quería.

Ella se llama Melisa Rodríguez Hernández y nació en Londres, donde residían sus padres, en el año 1986. Diputada al Congreso, portavoz adjunta y secretaria de Juventud, Energía y Medio Ambiente de su partido. Es arquitecta. Ha trabajado en la India como arquitecta y ayudando a los demás en Eslovenia y Cabo Verde. En este último país, muy relacionada con el cuidado de la llamada tortuga boba. En Ciudadanos manda mucho, creo yo. “Pues serás el único que no ha visto el vÍdeo mío en Internet, en Cabo Verde”, me dice. Y la verdad es que no. Pero fui a la Red para ver de qué iba: nada, Melisa tomando un baño, en bikini, con una amiga, en unos charcos de una de las islas de aquel archipiélago.

“¿Tú eres de los diputados que se ocupan de Canarias, antes de estar pendiente de la obediencia a Madrid?”. “A Saúl Ramírez (diputado por Las Palmas) y a mí nos pasan en el partido todos los asuntos de Canarias. Nos dan mucha cancha y eso nos permite una libertad de movimientos notable. Los asuntos de las islas son para nosotros temas preferentes y les dedicamos el tiempo que haga falta”.

Los Limoneros, una y media de la tarde del martes día 5. Melisa tiene que ir a ver a su padre, que está enfermo -y ojalá que mejore pronto- y luego tomar un avión a Madrid. Ha alquilado un Fiat 500, una miniatura, como siempre que viene. Nada de ostentaciones innecesarias.

“¿Por qué demonizan ustedes a Vox, al menos aparentemente?”. “No, eso no es cierto, ni demonizamos ni angelizamos a nadie. No tenemos acuerdo alguno con Vox, eso es todo”. “¿Y qué me dices del gran Pedro Sánchez?”, le pregunto. “Es altanero y soberbio y le encanta escucharse. Cada minuto cambia de opinión y dice una cosa distinta; es terrible tratar con él”. “¿Y las relaciones con Podemos?”. “Difíciles, a nivel político, porque no tiene voluntad de hacer política de Estado, pero al mismo tiempo es un partido demasiado estadista”.

No lo entendí muy bien; le pregunto por una persona que me parece sincera, por Alberto Rodríguez, el de las rastas, diputado de Podemos por Santa Cruz de Tenerife: “Tengo una buena relación con él y tienes razón, es una excelente persona y cuando dice algo lo dice con convicción, lo cual le honra”.

Melisa, en realidad, no habla mal de nadie. Ya ustedes saben que en estos diálogos yo siempre huyo, en lo posible, de la política, porque me interesa mucho más la persona. “¿Tienes tiempo para seguir diseñando joyas?”. “Sí, en los aviones. Pedí la compatibilidad en el Congreso para trabajar en mi empresa de diseño de joyas y ahí sigo. Y, de vez en cuando, asesoro a algún amigo en materia de arquitectura, pero nunca como trabajo remunerado, sino en calidad de amiga, ya digo”. Melisa, cuando entró en el Congreso, guardaba unos ahorros de ocho mil y pico euros y unos veinte mil metidos en un seguro, supongo que de pensiones. Es decir, es de las más pobres del Congreso, como yo soy de los más pobres en esta profesión. Incluso le gano en pobreza. Es miembro del Consejo de Europa: “No me preguntes si me gusta Estrasburgo, porque no lo veo; viajo, asisto al Consejo y me vengo. Hay 12 miembros titulares españoles y otros 12 suplentes”.

“Tengo que alabar tus ojos”. “Bueno, algunas veces reciben algún piropo; se agradece. El otro día alguien me dijo: “Que Dios te guarde los ojos y la vista”. “¿Y qué haces cuando logras evadirte de la política y del diseño de las joyas?”. “Pilates, cuando practico pilates no pienso en otra cosa. Y a veces voy hasta al cine”. Y yo creo que también piensa Melisa en la cocina. Hace un pollo con especias de la India que quien lo ha probado se chupa los dedos. “Sí, es el pollo sin nombre”. “¿Y qué desayunas?”. “Pues te diré que no perdono la tortilla”. “A ustedes se les debe que hayan retirado los aforamientos de los políticos canarios en el nuevo Estatuto de Autonomía; y se agradece”. “Sí, señor, fue una de nuestras aportaciones más afortunadas”. “¿Qué es lo peor que les notas a los políticos canarios en general?”. “Pues, con excepciones, que no trabajan para la gente. Y eso se nota, la gente no es tonta y se da cuenta porque, además, no son nada pragmáticos”.

“Tienes 32 años, has llegado muy alto ya”. “Me encanta cumplir años y celebrarlo”. “¿A quién apoyarás en tu partido en Canarias en las próximas municipales?”. “Soy tajante: a quienes ganen las primarias”. “¿Y con quién sintonizas más en tu partido, en la Península?”. “A nivel de amistad, con otras tres mujeres: Marta Rivera (ganadora de un Premio Planeta), Inés Arrimadas y Begoña Villacís”. “O sea, con Meghan Markle”. “Hay vacilón con el parecido físico entre Begoña y la princesa británica y, además, las dos se quedaron embarazadas al mismo tiempo”. “¿Te tiran los tejos en el Congreso?”. “Qué va, Andrés, hay demasiada tensión”. Fue jugadora de baloncesto, pero no le gusta nada correr, a no ser en una competición solidaria, que es cuando hace una excepción. Hablando de cocina, creo que hace unas infusiones estupendas en la casa de su madrina palmera. Es dueña de un apartamento pequeño en una zona costera de la banda, como antes llamaban a Los Llanos y a Argual, en un pueblo de pescadores. Me da el nombre, pero me olvido. Es mejor así.

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Melisa Rodríguez, diputada, portavoz adjunta de CiudadAnos en el Congreso. / FRAN PALLERO

Le hablo del feminismo ridículo que nos invade. Y tiene una salida interesante: “Lo que ahora se debate no es el feminismo, sino la igualdad de hombres y mujeres. Se utiliza el feminismo para todo, pero lo que hay que lograr es la igualdad. Con eso basta. Existe una tendencia a permitir que las mujeres decidan en unas cosas y en otras no. En todo caso, el feminismo tendría que incluir a los hombres. Es una cuestión de todos. Debemos ser co responsables de esa línea de igualdad y dejarnos de otras contradicciones”.

“Eres hija única, con lo que eso significa. ¿Tus padres soportan tus ausencias?”. “Debes preguntárselo a ellos, pero yo creo que si ellos me ven feliz, mis padres están contentos. Creen mucho en mí”. “¿Te ves de ministra en un futuro Gobierno?”. “No, no me veo de ministra, ni siquiera pienso en ello. Mira, en eso mi madre siempre me dice que vaya poco a poco. Nosotros somos una familia humilde, que ha tenido que trabajar duro para salir adelante. Ahora también hay que ir despacio”.

“¿Siempre quisiste ser política?”. “No, nunca, de verdad”. “Me llamaron, me sentía identificada con el proyecto de Ciudadanos y entonces todo vino de repente. Pero no me arrepiento, me encanta lo que hago, me gusta trabajar por mi país y además me lo paso bien. En mi partido hay muchas mujeres ocupando cargos importantes. Mira, en la ejecutiva reducida son 13 sus componentes y hay cuatro mujeres ocupando cargos de alta responsabilidad”. “Desempeñas la Secretaría de Energía de tu partido. Mientras en algunos países la energía nuclear es fundamental, y se cuida, aquí se la quieren cargar. Parece que desechamos lo más conveniente y barato”. Y también tiene las ideas claras: “Es necesario el plan de Transición Energética. El verdadero problema son los residuos. Los límites de seguridad de nuestras centrales, algunas de ellas antiguas, son buenos, pero es preciso un regulador independiente que canalice todo lo referente a la energía. No dar la espalda a esta necesidad. Pero algunos se resisten y el plan no sale”.

Una legión de camareros se acerca a Melisa para saludarla. Se come un pescado. Yo elijo también mi salmón a la plancha. Come poco, se ve que se cuida.

Hablamos de la desastrosa imagen que ha dejado Zapatero en Venezuela. Y mantiene que España ha liderado la propuesta de Europa con relación a aquel país, “pero no estamos a expensas de Europa como se ha dicho; la postura de Ciudadanos ha sido siempre clarísima”. Y sobre Sánchez vuelve a decir: “Su obsesión es retrasar lo que pueda las elecciones, convocarlas lo más tarde posible, pero no sé por qué”. Insisto sobre Vox y opina: “Tienen poco que decir”. Pero yo pienso que van a dar un susto: “Ya lo veremos, las encuestas que se conocen no son muy fiables”. Y sobre Cataluña casi no dijimos nada. “Tú hablas catalán”. “Claro, estudié arquitectura en Barcelona y las clases eran en catalán”.

Lo cierto es que Melisa sigue siendo aquella joven dulce y agradable que conocí hace cuatro o cinco años, que ya no recuerdo, la misma de la foto del periódico, con aquellos ojos como faros que iluminaban un rincón del papel prensa. Cuando la veo en las tertulias de televisión siento una especie de orgullo de que una canaria haya llegado tan alto en la política española. Porque gana los debates, queda muy bien en las tertulias y da bien en imagen. Yo de esto sé algo. Y eso se llama coherencia.

En fin, una conversación agradable con una mujer que llegará lejos. Me prohíbe que hable sobre su vida privada, aunque uno sabe cosas, todas buenas. “Vaya racha que llevan de separaciones: Albert Rivera, Villegas, ¿la política separa a las familias?”. No me dice ni pío. Sólo que de cuestiones personales, de las suyas y de las de los demás, no habla. Yo lo respeto.

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