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Torrente, relator

Las redes han dado su veredicto. El relator, notario, comprendedor o traductor entre el Gobierno de España y las autoridades regionales catalanas debería ser Torrente. Entre Torrente y Zapatero hay pocas diferencias, pero es que entre Zapatero y Sánchez no hay ninguna, así que me parece perfecto que, si hace falta un relator, que sea Torrente, al que le llevará la maleta a las reuniones ese genio de la alta política que es Carmen Calvo. Parece mentira que tenga que ser Torrente quien nos resuelva el asunto catalán, a falta de relatores en el PSOE, partido al que el encefalograma plano de Sánchez lo tiene con un pie en la Eternidad. Claro que si ponemos en un frasco, cuando toque, que ojalá toque dentro de muchos años, el cerebro de Sánchez y el cerebro de Torra, a los alumnos de medicina les resultaría muy difícil distinguir cuál perteneció al más brillante de los dos. Por eso es preciso acudir a un tercero, a Torrente, el sagaz detective privado al que no se le pone nada por delante y, además, es hincha del Atlético de Madrid, el Pupas. Lo último de Pedro Sánchez ha sido simular que no habría negociación con los separatistas catalanes para desmontar la manifestación de hoy en Madrid. Truco de tahúr del Misisipi. El otro día, Alfonso Guerra, en la presentación del libro que ha escrito, nada más empezar, dijo: “Este libro sí lo he escrito yo, ¿eh?”, refiriéndose al copión de Sánchez, que ha puesto en circulación otro -un bodrio-, dictado a una amiga. O Sánchez sale de La Moncloa o los españoles tendremos que salir de España y dejarlo solo con Begoña. Pero, de momento, Torrente es el relator. Y Sánchez va a hacer bueno a Zapatero, que además de gafe es tonto.

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