tribuna

Binter: 30 años entre nubes y chocolatinas, por Manuel Ramos

Señoras y señores pasajeros: bienvenidos a bordo de este viaje sobre unos renglones de recuerdos

Señoras y señores pasajeros: bienvenidos a bordo de este viaje sobre unos renglones de recuerdos, en el que me complace comunicarles que el 26 de marzo de 1989 los cielos del Archipiélago vieron dibujada la imagen de un avión CN-235 que había despegado del aeropuerto de Los Rodeos con destino a Gran Canaria. Era el primer vuelo de la recién nacida Binter, que comenzaba sus operaciones a las ocho de la mañana de aquel domingo primaveral. Durante el primer año la compañía disponía de cuatro aeronaves CN-235, que complementaban los vuelos interinsulares realizados por Iberia y Aviaco. Entre febrero de 1990 y enero de 1992 se incorporaron seis aviones ATR-72, financiados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, que tuvo en cuenta por primera vez a la insularidad como causa determinante para calificar al transporte aéreo como medio de comunicación indispensable.

El ATR-72 sustituía a otro gran avión de características similares, el Fokker-27, que se despidió del Archipiélago despegando del aeropuerto de Los Cangrejos el 12 de junio de 1990, un día antes de que El Hierro se convirtiese en un nuevo destino de la compañía de aviación regional. La adolescente Binter, que fue concebida por Iberia en el año 1988, cumplía catorce añitos cuando ya la cortejaban algunos novios empresariales. Después de unos meses de galanteos, el Grupo Hesperia de Inversiones Aéreas conquistó a la joven, adquiriendo la empresa el 26 de julio de 2002. Cuatrocientos veinte trabajadores, once aeronaves y miles de clientes fieles formaban una nueva empresa de capital totalmente canario.

En los últimos cinco años la flota de aeronaves ha sido renovada con los modernos ATR-72-600 y CRJ-1000, a la que se sumarán muy pronto tres unidades del Embraer 195, un reactor de última tecnología con capacidad para 132 pasajeros. La operativa técnica, el mantenimiento, la programación y la organización de los recursos humanos, están gestionados por catorce unidades de negocio que conforman hoy el grupo empresarial de la marca Binter, en el que trabajan más de mil quinientos empleados. Los locales de esta gran superficie comercial ocupan parte del espacio aéreo de nuestras islas, con unas carreteras dibujadas en el firmamento que enlazan por el aire sentimientos, amores, alegrías, trabajo, necesidades familiares y en ocasiones algunos padecimientos humanos. El verde, el blanco y el azul del logo de los “Binter” se confunden hoy con los tonos multicolores de cielo, formando un arco iris de esperanza que abre el camino para mejorar día a día la calidad del servicio ofrecido por una empresa aeronáutica que es todo un símbolo para la sociedad canaria.

Más de tres millones y medio de clientes transportados en 2018 han sido los verdaderos protagonistas de la historia reciente de esta compañía de alas brillantes y fuselaje tricolor, distinguida en varias ocasiones con el premio de la Asociación de Líneas Aéreas Regionales Europeas, que ha valorado la calidad del servicio y la puntualidad de las operaciones. El tiempo vuela más rápido que las aeronaves y obliga a renovar constantemente elementos humanos y materiales. Por ley de vida algunos hemos alcanzado ya la jubilación, mientras otros tendrán la fortuna de ocupar las vacantes que dejarán los más viejos. Pero siempre seguirán en plantilla y con contrato fijo las nubes y las chocolatinas, dando belleza y dulzura a esos vuelos que van escribiendo día a día en el cielo una parte de la historia de la aviación canaria. Señoras y señores pasajeros: felices aterrizajes en este treinta aniversario, en el que son ustedes los convidados preferentes.

*AVIADOR JUBILADO DE BINTER

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