el charco hondo

¡Besit!

Una hora menos, un beso menos, ¡Besit! Si los británicos dieron un portazo a Europa con aquel take back control (recupera el control), los canarios también podemos hacerlo, sí se puede. Debemos movilizarnos para salirnos del beso doble peninsular y recuperar el beso único isleño. Recuperemos el control, take back control. Si los ingleses consumaron el Brexit (en primera instancia, al menos), los canarios podemos iniciar un proceso que desemboque en el Besit. Si una hora menos, un beso menos. Recuperemos el control del saludo. Volvamos a hacerlo como lo hacíamos. Salgámonos del beso y medio al que nos ha llevado nuestra integración en el beso continental. Rompamos con el beso y medio. Abandonemos el espacio común que nos tiene quedándonos con la cara colgada en mejilla de nadie. Demos portazo al doble beso, un hábito al que los canarios nunca nos hemos hecho, que nos obliga a un movimiento de lado a lado de la cara al que no estamos acostumbrados (maniobra de alto riesgo para la gente de las islas, porque nunca hemos sabido calcular cuánto debemos echarnos atrás para no tropezarnos con la nariz en el rodeo que lleva a la otra mejilla). Besit, take back control. Hagamos que suceda, tú ya sabes. Besit, una hora menos, un beso menos. Tomando nota de los británicos, hay dos caminos para salirnos del beso doble, de esa cesión a los del continente que nos tiene sufriendo con el beso y medio. Podemos salirnos del beso doble peninsular abandonándolo abruptamente o, si no es posible, admitiendo una prórroga, pero siempre y cuando se nos garantice la ruptura al finalizar ese plazo. Como ha ocurrido con los británicos, a los defensores del Besit se nos pedirá que aclaremos cómo vamos a gestionar esos meses de prolongación, y no debe ser esa exigencia obstáculo para seguir adelante con el objetivo de recuperar el control del beso. Reconquistemos, ahora sí, el beso único canario. Los valedores del beso doble se resistirán, no nos lo pondrán fácil. Intentarán frenar nuestros planes de salida. No detendrán nuestro movimiento. No lo lograrán porque no estamos locos, sabemos lo que queremos, vive la vida, igual que si fuera un sueño, pero que nunca termina, que se pierde con el tiempo. Besit, recuperemos el control. Volvamos al beso único canario. Besit, una hora menos, un beso menos. ¡Besit!

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