el charco hondo

Dormir el debate

Debates como el de anoche (y hoy) no dejarán a los socialistas sin ganar las elecciones, pero pueden agriar la victoria que les anuncian los sondeos. Se sabe que el PSOE ganará, pero está por ver si ganará bien, regular, mal o fatal. Podría darse el caso de que, como ocurre en el fútbol, Sánchez gane el partido pero quede finalmente eliminado (con escasas posibilidades de formar gobierno) por el valor doble de los goles fuera de casa. A Sánchez la campaña le iba viento en popa, a placer. Hasta que se metió en el jardín de los debates, la campaña avanzaba mimándolo, queriéndolo. Solo él podía romperla. Y así fue. Cuando la campaña y los sondeos te sonríen lo suyo es dormir el debate, cubrir el expediente, quitarle importancia, adormecerlo. A Sánchez le interesaba un solo debate, con Vox en el plató resucitando la foto de Colón. No pudo ser, y lejos de encajar el revés aceptando sin más ir al de Atresmedia pero sin Vox (y listo, zanjado) protagonizó una pataleta más infantil que táctica, condenándose a la penitencia de dos debates que han roto una campaña por la que transitaba sin despeinarse. En los debates lo de menos es el debate. Sánchez los ha perdido cuatro veces. Perdió cuando rompió la monotonía de una campaña que iba jugándole al pie, situando el lío de los debates en las aperturas de los informativos y en las barras de los bares. Volvió a perder cuando creyó que podría permitirse dejar tirada a Atresmedia. Una vez más cuando puso en ridículo a Televisión Española. Y otra cuando, a raíz del primer, segundo y tercer error, gracias al tirón de tamaño culebrón en vez de dormir el debate acabó animando a millones de espectadores a ponerse delante de la tele. Pudo Sánchez dejarlo estar. Pudo hacerlo de tal manera que el debate pasara sin más (uno, no dos). No fue así. Al revés. Ha regalado al resto un último cartucho que la campaña les estaba negando. ¿Quién ganó anoche?, ¿quién ganará esta noche? El episodio de los debates puede costarle a Sánchez que un puñado de escaños cambie de color, y quien sabe si tres, cuatro o cinco escaños pueden chafarle la noche electoral. En los debates lo de menos es el debate. Lo sustancial son las atmósferas que se fabrican antes o después. Pudo Sánchez acabar la campaña como la empezó, pero un gol en propia puerta lo tiene sufriendo más de lo esperado en esta recta final.

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