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El culto pedagógico

A través de la enseñanza valoramos las ofertas que se ofrecen estos días desde el concurso electoral. A la vista el libro recién publicado El Culto Pedagógico, de José Sánchez Tortosa, 2018. Las calificaciones últimas del PISA, que nos sitúan en la globalización y los programas electorales del pentapartido, que decidirán las opciones políticas de la enseñanza. Señala Sánchez Tortosa que desde los años 80 padece la enseñanza en España la incorporación de ideología disfrazada de pedagogía, incorporada en las sucesivas ocho leyes escolares, nunca consolidadas. De forma que en ellas se ha arrebatado la autoridad al profesor, empobreciendo los contenidos científicos, académicos, técnicos e intelectuales. En su lugar han sido reemplazados por una subjetividad emocional, cuya meta reside en la búsqueda de la felicidad, lo que tan solo es una circunstancia y no un estado. Una teoría crítica, señala Sánchez Tortosa, debe superar este mito del populismo pedagógico, que convierte la enseñanza en cómplice de políticas que condenan a los más desfavorecidos a la indigencia intelectual y académica, bajo retóricas pseudoizquierdistas, de igualitarismo formal y felicidad canalla, recortando el esfuerzo de los mejores. Volvemos a detectar los mismos problemas desde los informes PISA, Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes que realiza la OCDE cada tres años desde el 2000. Con España descolocada en el puesto 28, de los 70 países analizados en 2015. Señala Andreas Schleicher, su director, que España cambia políticas y propuestas educativas, pero no mejora resultados. El dinero ayuda hasta un punto, en cambio se puede ofrecer un excelente resultado en condiciones económicas más limitadas. Es más importante la calidad del profesorado que los alumnos por aula. No hay diferencias en España, a la vista del PISA, entre las ofertas pública, concertada y privada.

Los países del mundo con mejores resultados están hoy en Asia, 7 entre los 10 primeros, donde la calidad se apoya en el profesorado, la disciplina, los exámenes, junto al respeto a la familia y a la sociedad. Hay que enseñar menos temas con más profundidad. Valores del confucionismo y atención a la diversidad. España ha averiado el ascensor social de la población más vulnerable, al ser incapaz de hacer efectivo su mérito en la escuela. Y aquí encajamos los programas electorales del pentapartido. Lo primero gestionar la libertad, dentro de un sistema nacional unitario. Donde aparecen el español como lengua oficial del Estado y la aceptación de la enseñanza concertada. Contra la Constitución, las izquierdas vienen limitando el uso del español, caso único en el mundo, y discriminan la concertada, recortando sus aportaciones voluntarias. Cuando la concertada se gestiona con el 40% menos de recursos económicos que la pública.

Al trasladar a la educación la felicidad como meta, los conocimientos reducen su importancia. Los modelos políticos se enfrentan, proyectando conflictos impropios, que limitan las libertades de todos. El ideario del centro, la religión, la educación diferenciada validada por el Constitucional, la integración, la atención a la globalización, el cheque escolar, las relaciones con la comunidad escolar y la familia, el mecenazgo en la escuela. En positivo los sistemas que cambian políticas y prácticas educativas mejoran resultados. La enseñanza no se mejora sin esfuerzo y mérito. De lo contrario se debilita la calidad y mina la independencia, infantilizando la educación. Hay una clara divergencia de modelos educativos electorales, felicidad contra mérito, eso votaremos.

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