el charco hondo

El susto (y 2)

Los cuerpos electorales responden a los sustos movilizándose, y desmovilizándose cuando el susto ha pasado. Sánchez necesita que millones de votantes de centro-izquierda lleguen a la jornada electoral con el susto metido en el cuerpo, y el susto, en estos momentos, es la posibilidad de que un Gobierno de tres derechas acoja o se apoye en la peor derecha, en Vox, en la España en blanco y negro que ha costado décadas colorear. El susto es lo que ha inflado las expectativas socialistas. El susto da votos, pero si se diluye porque los sondeos coinciden en que las derechas no van a sumar lo suficiente, los asustados dejan de votar o cambian de voto. Asusta el regreso de la versión más casposa de este país, pero no es el único susto. También asusta que una gigantesca ola de indecisos o de falsos decididos destrocen lo que las encuestas están anunciando. El CIS ha contado lo que habría pasado si las elecciones se hubieran celebrado en marzo, no más allá. La cocina no hay que buscarla en los números o porcentajes, sino en lo que nos susurran en la oreja; y el mensaje que han construido en los fogones socialistas es que si muchos votan al PSOE podrían matarse dos pájaros de un tiro: cortar el paso a las derechas y hacer posible (haz que pase) que Sánchez gobierne sin tener que asociarse con los catalanes -ese fue el mensaje, no otro-. Los dieciséis días que faltan para que abran los colegios electorales son política y electoralmente un mundo. Cualquier cosa puede pasar o cambiar, o no, o sí, o mucho, o poco, o muchísimo. Sin embargo, hay cosas que ya pintan irreversibles. Sánchez ganará, y este PP dejará de ser aquel PP -obtendrá más escaños de los que le cuentan las encuestas, pero sufrirá un retroceso sin precedentes-. Podemos envejecerá prematuramente, Ciudadanos será subcampeón de la liga de las derechas y Vox entrará galopando en el Congreso. Así las cosas, indecisos y falsos decididos pueden mudarse a última hora, cambiando su voto para dárselo a partidos vecinos, con lo que cambiarían algunos flecos, y los flecos pueden cambiar muchas cosas, incluso podrían reescribir el final de la película. ¿Y en Canarias? Es bastante probable que a Coalición y Nueva Canarias el sondeo del CIS (dejándolos con medio cuerpo fuera del Congreso) les haya venido bien para movilizar apoyos. Y es que los cuerpos se relajan cuando el susto ha pasado, pero se activan, reaccionan y movilizan cuando están asustados.

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