El Cabildo de Tenerife dio ayer por estabilizado, pero no controlado, el incendio originado en la tarde del pasado miércoles en el Parque Nacional del Teide, que comenzó en la zona de Cañada de los Guancheros, dentro del término municipal de La Orotava, y que, al cierre de esta edición había afectado a unas 40 hectáreas, según los datos facilitados desde la primera Institución insular, que comanda las tareas de extinción.
Un operativo conformado por 22 personas seguía anoche trabajando en la zona. Si bien el helicóptero del Gobierno de Canarias se retiró al caer la noche y estaba previsto que las labores de extinción continuasen durante esta madrugada, lo cierto es que ya por la mañana se ordenó el repliegue de los 72 integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME), señal inequívoca que la confianza era plena sobre el control efectivo del fuego.
Sin embargo, han sido las condiciones meteorológicas reinantes en la zona, con vientos de 70 kilómetros por hora y una humedad relativa del 13% las que frustraron ese control total, si bien el incendio sigue estabilizado y solo se reactivó por el flanco derecho de la cola, lejos de la corona forestal y en dirección hacia La Fortaleza. Así las cosas, todo apunta a que finalmente será en la mañana de hoy cuando se logre dar por controlado este incendio forestal.
Por lo que respecta a los medios intervinientes, ayer se contó con tres camiones Unimog, cuya capacidad es superior a los 3.000 litros de agua, así como ocho vehículos de Medio Ambiente con su correspondiente dotación, la ya citada presencia del destacamento de la UME y la habitualmente decisiva aportación de los medios aéreos, en este caso los helicópteros del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES).
Tras informar sobre la evolución del siniestro, el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso (CC) comunicó ayer que a partir del próximo otoño, va a dar carácter permanente a la campaña contraincendios, debido a que el riesgo forestal va en aumento a causa del cambio climático y a la explotación intensiva de nuestros montes.
Si ya el pasado miércoles causó temor la posibilidad de que, coincidiendo con el incendio en Las Cañadas, se produjera otro en Tijarafe (finalmente, fue una falsa alarma originada por una quema de rastrojos), ayer ocurrió algo similar con un conato acaecido en los montes de Gran Canaria que, si bien no llegó a la categoría de incendio, sí que presentó serias dificultades a las emergencias dado lo abrupto del terreno en que tuvo lugar.
Felizmente, el Cabildo de Gran Canaria dio, a última hora de ayer, por estabilizado dicho conato, localizado en en barranco de Madre del Agua, dentro del municipio de Valleseco, y que afectó a hectárea y media de un pinar. Según indicó el Cabildo insular, inicialmente se activaron dos helicópteros del GES, el equipo PRESA y el Consorcio de Emergencias, pero fue necesaria la incorporación de un tercer helicóptero para continuar con las labores de extinción de las llamas. Después de varias horas trabajando con “gran contundencia” en la zona, los medios aéreos lograron estabilizar el fuego y se retiraron para regresar hoy al lugar con las primeras luces del día.
SUPERADO EL PELIGRO DE QUE LAS LLAMAS LLEGUEN A LA ZONA DE PINOS
Desde un primer momento, el principal factor de riesgo en el incendio de Las Cañadas era que el fuego se propagase a la Corona Forestal, demasiado cercana al lugar donde se originó el mismo. Por eso, los principales esfuerzos se enfocaron para evitarlo, un objetivo que, a priori, parece logrado por los servicios intervinientes. El hecho de que el fuerte viento y la humedad en el lugar reactivasen en la tarde de ayer las llamas por la zona opuesta no creó, lógicamente, tanta alarma entre las autoridades, dado que, mientras sigan así las cosas, no hay peligro de que este incendio se extienda más allá de donde está estabilizado.
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