por qué no me callo

El voto, El Hierro, el volcán

Aquí, a tres semanas de que el volcán entre en erupción y, o bien todo salte por los aires o se produzca una explosión controlada, incluso, sin efectos visibles, como el famoso Tagoro recóndito de El Hierro, la realidad es que crece la expectación, la incertidumbre aumenta y domina la inquietud. Las elecciones del domingo 26-M ya tienen los seísmos en la antesala tocando a la puerta antes de que el escrutinio impacte de un modo definitivo e irreversible. Tras el enjambre de ayer entre Tenerie y Gran Canaria hubo un terremoto sentido de 3,7 grados en la escala de Richter, precisamente, en las tripas de El Hierro, la isla laboratorio de las energías renovables, de Gorona del Viento, del volcán submarino y de Tomás Padrón, que en su día era una cosa y la otra, la cara del talante de la biodiversidad pionera de Europa y de la rebeldía volcánica de una isla indócil e inconformista.

Las paradojas de la política han hecho que mientras el volcán se desataba, los nuevos líderes y cargos públicos de la Agrupación Herreña Independiente (AHI) se amansaban, acólitos disciplinados de la hegemónica CC, y ahora hay movimientos telúricos en la indómita AHI, que recuerda con nostalgia los redaños de Tomás Padrón pero sin Tomás Padrón, ya retirado del campo de batalla y olvidado con la alevosía edípica de matar al padre, que hace estragos en política desde Sófocles y Freud.

En las calles de El Hierro se debate de política en la antesala electoral en un sentido metáforico como si fueran las calles de Canarias. Hay un rechazo hacia el dirigente acomodado en El Hierro y en Canarias, porque si algo incomoda al votante común es que le tomen el pelo regalándole los oídos -como en esta precampaña de vendemotos con tufo a taumaturgia de baja estofa- para coger el poder y si te vi no te conocí hasta la próxima componenda electoral. Es la primera gran sacudida a bordo de CC. Los presidentes de los comités locales de AHI le piden a la presidenta Belén Alllende que dé un paso al costado por el bien del partido y renuncie a la doble candidatura cabildo-parlamentaria. En DIARIO DE AVISOS hemos sido premonitorios con aquella portada que recordaba el acuerdo asambleario incumplido por el aparato de AHI de revisar el contrato con CC. Se hizo caso omiso, se hicieron las listas y se hizo el vacío el 28-A, perdiendo, después de 30 años, el senador vitalicio.

Las calderas están al rojo vivo. Los días que restan para las elecciones acrecientan el malestar consecuente de la calle. Y el 26 será el plebiscito de un partido clave en la evolución del nacionalismo canario en los últimos cuarenta años. La grandeza del pequeño partido bimbache de Tomás Padrón radicaba en la eficacia del mito manido de David contra Goliat, donde el gigante filisteo unas veces se llamaba Estado y otras veces centralismo chicharrero-canarión.

Los tiempos cambian, y cada fenómeno tiene su propia simbología profética. No es casual que en la renuente ordalía herreña del 26-M esté en juego, a la vez, la continuidad o declinación de la marca matriz, la propia CC, en lo que ya constituye, sin lugar a dudas, la gran prueba del volcán que llevamos dentro cada canario, también cuando llega la hora de votar.

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