nacional

Paulino Rivero y José Segura destacan a Rubalcaba como un “hombre de Estado”

“Era hábil, inteligente y un gran negociador”, aseguran
Alfredo Pérez Rubalcaba (i), saluda al expresidente del Ejecutivo canario, Paulino Rivero. EFE/CRISTOBAL GARCIA

El hombre de Estado que posibilitó una “transición tranquila” de don Juan Carlos a Felipe VI, en el momento crítico de la abdicación del primero. Así resaltó la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba su amigo canario Paulino Rivero, expresidente del Gobierno de Canarias. El nacionalista sembró una “complicidad” de años con el exsecretario general del PSOE en distintas etapas en que Rubalcaba fuera ministro o portavoz del Gobierno. “Facilitó a CC formar grupo con tres diputados y siempre se mostró cercano con las Islas”, señaló Rivero a DIARIO DE AVISOS. Lo conoció bien cuando Aznar apoyó la invasión de Irak por Estados Unidos. “Nos distanciamos de Aznar y se forjó una relación con él que fue muy fluida”.

Rubalcaba y el popular Eduardo Zaplana propusieron a Paulino Rivero para presidir la comisión de investigación del 11-M. “Era hábil, inteligente y un gran negociador”. Rivero subraya, además, su vocación federalista. “Creía en la virtud de dar competencias a las autonomías”.

Rubalcaba siempre fue un ministro próximo a Canarias. El exdiputado socialista José Segura recuerda la etapa de ostracismo en que ambos tenían los despachos contiguos, durante los años de oposición con Aznar, en que presidían distintas comisiones parlamentarias. “Era un político práctico, de soluciones, afable y cariñoso”, señala Segura Clavell. Cuando Felipe González llegó al poder, en el 82, Rubalcaba coadyuvó con el flamante presidente del Cabildo tinerfeño en la resolución de un conflicto interno en el Instituto de Productos Naturales del CSIC, que dirigía el célebre doctor Antonio González. Rubalcaba se había licenciado en Química Orgánica y mantenía lazos con González. “Eran frecuentes en aquel entonces las reuniones en casa de don Antonio y en la mía en La Laguna para desatascar el problema”, indicó Segura. En su etapa de ministro de la reforma educativa echó una mano, a instancias de Segura en calidad de alcalde lagunero, “para resolver las dificultades que surgieron con el Pabellón Santiago Martín, La Hamburguesa”.

Todos le describen como un político valiente que no se arredraba ante las adversidades, tanto cuando fue responsable de la cartera de Presidencia y enfrentó los escándalos de Roldán, Filesa o del gobernador del Banco de España, como cuando siendo titular de Interior se implicó directamente en la desarticulación de Eta. Segura Clavell le concede, además, un papel destacado en la lucha contra el tráfico de seres humanos y de estupefacientes, y señala su intervención en la crisis migratoria cuando mantuvo una estrecha colaboración con la Delegación del Gobierno que dirigía el político canario. “No creo que nadie le ponga un pero a su labor de servicio público y me consta que la Guardia Civil le tuvo en gran estima”, indicó Segura.

TE PUEDE INTERESAR