Canarias socialista

El jueves pasado titule el artículo con un interrogante que, también desde el título, hay que empezar a contestar afirmativamente. A tenor de lo sucedido en la constitución de los ayuntamientos canarios, el maltrato de Pedro Sánchez y su Gobierno a las Islas no ha tenido consecuencias. O, mejor dicho, ha tenido la consecuencia de elevar su implantación municipal, hasta el punto de gobernar en las dos capitales canarias (ya lo hacía en Las Palmas) y en La Laguna, entre otros importantes municipios. Un avance que ha implicado el derrumbe paralelo de Coalición Canaria, que ha perdido sus bastiones de la capital tinerfeña y el Ayuntamiento lagunero. En particular, estas dos pérdidas nacionalistas implican lo que ha sido calificado de un cambio de régimen: Coalición controlaba esos fundamentales consistorios desde hace décadas, y los había convertido en su base de influencia social y política, que ahora queda seriamente debilitada. Una derrota que empaña los muy buenos resultados y las dos diputadas obtenidas en las generales de abril.

Harían bien los coalicioneros en cambiar su estrategia negociadora para el futuro Gobierno regional y en apresurarse a sustituir a su candidato, cuyos problemas judiciales lo están invalidando y no parecen tener solución, porque se están arriesgando a perder también ese Gobierno y a poner en cuestión su propia existencia como partido significativo en el sistema político canario. El Partido Popular no ha aceptado una Presidencia con aspecto testimonial que conllevaba una relevante Vicepresidencia de Fernando Clavijo, y la opción socialista gana mucha fuerza, sobre todo después de los resultados municipales del pasado sábado.

Mención aparte merece lo sucedido con los dos concejales de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Ellos aseguran que, al votar a la candidata socialista, han seguido las directrices del partido, que rechazan apoyar opciones nacionalistas o que incluyan imputados en sus listas, pero la Dirección regional niega que estuviesen autorizados a votar así. Desde Madrid, Inés Arrimadas ha reconocido no estar informada de los detalles del caso, se ha limitado a calificar lo sucedido de “muy grave” y “grave crisis interna”, y ha pasado el problema a la Comisión de Garantías. El partido ha abierto un expediente disciplinario y suspendido cautelarmente de militancia a los dos concejales. Por respeto a sus votantes y al conjunto de los ciudadanos canarios, es muy urgente que los responsables nacionales del partido aclaren definitivamente qué instrucciones tenían los concejales; el contenido del pacto municipal con los socialistas, si lo hubiera, y las razones que han llevado a estos concejales a aceptar las competencias del área de Economía y Sociedad de Desarrollo, la Primera Tenencia de Alcaldía y la Gerencia de Urbanismo.

Uno de los problemas de la quiebra del bipartidismo -imperfecto- del sistema político español es que los nuevos partidos emergentes disponen de estructuras regionales muy débiles y a medio hacer, sin la imprescindible capilaridad social; importantes carencias de medios humanos y materiales, y dirigentes improvisados o aceptados con premura sin la necesaria contrastación. No en vano las antiguas y genuinas democracias anglosajonas han apostado por el bipartidismo -incluso perfecto-.