La semana que arranca hoy marcará un antes y un después en el futuro político de nuestras ocho Islas. Al ya conocido debate de investidura del virtual presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres (PSOE), que se celebrará este jueves y viernes y que desbancará a Coalición Canaria (CC) de la Jefatura del Ejecutivo regional tras 26 años dominando el panorama político de este archipiélago, se le pueden sumar los desenlaces políticos de los cabildos de Tenerife y La Palma.
Si a pesar de las presiones de la ejecutiva nacional del PP (y la ambigüedad de Ciudadanos) para que sus compañeros en Canarias apoyen a CC, se producen las censuras en la Isla Bonita y en Tenerife, para el terremoto político que habrán sufrido los nacionalistas después de los resultados del pasado 26 de mayo, no habrá sismógrafo que lo pueda medir. CC perdería en las mismas elecciones el control del Gobierno de Canarias, los cabildos de El Hierro, Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote (La Palma es un caso aparte: CC no presidía el Cabildo, pero ahora provisionalemente sí lo hace), y los ayuntamientos de Santa Cruz y La Laguna. Nadie con memoria democrática recuerda algo parecido: un auténtico cataclismo político.
Los nacionalistas han negociado siempre en Madrid los gobiernos autonómicos y locales; sin embargo, en esta ocasión los medianeros de las Islas han sabido jugar sus cartas para, al menos hasta este momento, arrebatarle el control de casi todas las administraciones, donde, finalmente, pasarían a ocupar los fríos asientos de la oposición.
Muchas han sido las negociaciones del todavía presidente Fernando Clavijo en la capital de España junto al secretario general de los nacionalistas, José Miguel Barragán y, por supuesto, la diputada nacional de CC Ana Oramas con los dirigentes del Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs). En repetidas ocasiones, los nacionalistas se han reunido con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, el que ha sucumbido más fácilmente a los encantos nacionalistas, aunque el duro pulso entre el presidente regional de los populares, Asier Antona, con su Ejecutiva nacional, ha impedido que los conservadores fueran miembros florero del frustrado Gobierno de centroderecha. En lo que respecta a Cs, los números dos y tres de la formación naranja, José Manuel Villegas y José María Espejo, respectivamente, cedieron a los posibles pactos con los nacionalistas, pero Rivera, en el último minuto, mandó parar.
Por si esta combinación fuera poca y casi que como símbolo de lo que salió de las urnas el pasado 26-M, hoy declara como testigo en el caso Grúas el presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos, y lo hará junto al exconcejal lagunero y actual consejero delegado de Muvisa, Ignacio Viciana. Ambos eran ediles en la oposición del Grupo Municipal Socialista cuando comenzaron las presuntas irregularidades que se cometieron en el citado servicio municipal de recogida de vehículos en la época en la que el hoy presidente en funciones del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo (CC), era el concejal de Policía y, posteriormente, alcalde lagunero. De todos es sabido que la situación judicial en la que se halla el presidente en funciones ha condicionado los pactos en las Islas y, a pesar de que resistió hasta el último minuto, las consecuencias para su formación política todavía hoy son incalculables. Esta semana, tras las declaraciones de Matos y Viciana, con Torres en la presidencia del Gobierno regional, el desenlace en los cabildos de Tenerife y La Palma y con la reactivación del caso Grúas, todos comenzarán a ser conscientes del cambio que se ha producido en el ámbito político en este archipiélago.
Torres (PSOE) desvelará sus consejeros la próxima semana
Ángel Víctor Torres guarda con sigilo los nombres de los siete consejeros que gestionarán las áreas socialistas en su Ejecutivo. Se conocerán después de su sesión de investidura. Han trascendido ya los titulares de Hacienda, Derechos Sociales y Turismo, Román Rodríguez (NC), Noemí Santana (Podemos) y Yaiza Castilla (ASG), respectivamente.
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