el charco hondo

Sincronicidad

Cuando lo que el PP canario hace, decide o pacta coincide con las instrucciones que se han dado desde Génova 13 (sede del partido en Madrid), la reiteración de tal circunstancia se mueve sobre la delgada línea que separa la autonomía coincidente de la disciplina de partido de toda la vida. Los términos de esa relación no son simples o primarios. Que las decisiones del PP en las Islas adopten la forma de las órdenes cursadas por el presidente o secretario general de turno no es acatamiento sino sincronicidad. Según el psiquiatra suizo Carl Jung, en ocasiones parece que los sucesos estén conectados por hilos invisibles, de tal forma que la íntima conexión entre los individuos y sus entornos ejerce una atracción que termina generando circunstancias coincidentes. Según Jung, la causalidad como tal no existe. A su juicio, lo que percibimos como azar esconde lo que acuñó como sincronicidad, término que el psiquiatra suizo explica como la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido, pero de manera no causal. Cuando el presidente del PP canario asegura que tiene plena autonomía para pactar en las Islas con unos u otros, pero se da la circunstancia de que tal autonomía siempre coincide con las instrucciones dadas desde Génova 13, las razones de esa causa-efecto deben buscarse en la sincronicidad, no en la disciplina que cualquier dirigente regional del PP debe al presidente o secretario general del partido. Resulta tentador rebajar la coincidencia al terreno de la obediencia debida. Es fácil concluir que la libertad de decisión de la que habla Asier Antona son instrucciones disfrazadas de autonomía. Y no. Nada de eso. La íntima conexión entre Pablo Casado o Teodoro García Egea y Asier Antona ejerce una atracción que siempre acaba generando circunstancias coincidentes. Las órdenes que salen de la dirección nacional del PP y las decisiones que el partido adopta en las Islas son sucesos unidos por los hilos invisibles de los que habla Carl Jung. Cuando con la mirada puesta en los cabildos de Tenerife o La Palma, el presidente regional del PP se dice con libertad para hacer lo que le parezca, pero acto seguido recuerda que la directriz es ésta o aquella, habrá quienes vean obediencia debida, y no. Curiosamente las cosas que el PP canario decide libremente siempre coinciden con lo que ha decidido la dirección nacional del partido, eso es todo. No es disciplina, es sincronicidad.

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