tribuna

Conectividad aérea, por José Fernando Cabrera

Ahora que todos los indicios apuntan al inicio de una recesión, preocupa que uno de los pilares fundamentales del turismo en Canarias, la conectividad aérea , se pueda resentir. La crisis de Norwegian y el cierre de las bases de Ryanair, con la consiguiente supresión de vuelos, unidos a los problemas financieros que está sufriendo Thomas Cook, son los primeros avisos.

No podemos olvidar que, al inicio de la anterior crisis financiera y turística, la conectividad aérea, con la desaparición de Futura, Spanair y la absorción de GB, era nuestro principal problema. En aquel entonces, desde Ashotel, Turismo de Tenerife y Promotur, se inició un enorme trabajo de años para mejorarla, consiguiendo que Ryanair programara sus primeros vuelos de Cork y Dublín, acción que fue seguida por Norwegian, Easyjet y Vueling, recuperando a British Airways, compañía de bandera del Reino Unido.

No vinieron solas. Ese enorme trabajo que se realizó, se apoyó con campañas comerciales conjuntas, rebajas en las tasas aeroportuarias, apoyo a la implantación de nuevas rutas y relaciones personales. El considerable aumento de las conexiones directas que se logró, permitió los récords de turistas de los últimos años, la rebaja del paro en unas 100.000 personas y que las Islas peor conectadas, La Palma y Fuerteventura, superaran además sus crisis particulares, que ahora se estan comenzando a reproducir.

Se comenzó a hablar de ventas directas a clientes, que pueden elegir cuándo, cómo y a qué precio volar y reservar el hotel de sus preferencias, sin tener que limitarse a la compra de un paquete todo incluido. La eclosión del residencial vacacional ha sido también posible gracias a la posibilidad de comprar directamente el asiento de avión.

Conseguir nuevas rutas lleva pues un gran esfuerzo y mucho tiempo. La aviación es un negocio muy complejo y de los más arriesgados, y las compañías tienen que estar muy seguras y sentirse apoyadas. Nuestros competidores, Turquía, Túnez y Egipto, llevan años intentando recuperarse de la gran pérdida de clientes que les supuso la Primavera Árabe, estableciendo alianzas con los principales turoperadores y líneas aéreas, y apoyándose en las nacionales de bandera para incrementar sus enlaces y mantenerlos en los inicios generalmente deficitarios.
Por eso, en estos momentos delicados en los que está en juego la pérdida de parte del potencial turístico de las Islas, hay que redoblar esfuerzos en la negociación. Solo una ruta con dos enlaces semanales, con un avión de tipo medio, genera unos 225 puestos de trabajo en el destino. Cuesta años conseguir convencer a una compañía para que establezca nuevas rutas, pero pueden perderse en un minuto.
Dentro de la Comunidad Europea están prohibidas determinadas prácticas de apoyo económico directo, las ayudas de Estado, pero, como comenté al principio, hay otras admisibles, que ya nos han funcionado. Si una compañía, por los motivos que sea, elimina una ruta, es muy improbable que inmediatamente otra venga a cubrirla, y a Canarias los turistas solo pueden llegar volando.

*Presidente del Foro de Amigosdel Sur de Tenerife

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