superconfidencial

Del diario personal

González-Ruano escribió un diario con mucho éxito, porque en él contaba todas sus enfermedades. Él decía que tenía una mala salud de hierro. Sin embargo, los ingleses afirman que es de mala educación trasladar al público las propias dolencias de uno. El mago sube de estatus conforme a los días que lleva hospitalizado. A más días, más admiración despierta entre sus congéneres. Por eso nos sale tan cara la Seguridad Social. Cuando sospecha la familia que van a dar de alta al pariente, le llevan un bocata de salami, recién operado como está el enfermo del colon, y así la complicación que sea alarga su estancia, con el natural contento del doliente y de su familia. Yo estos días, qué quieren que les diga, ando un poco de bajona, porque Mini, mi perrita, sufre un problema de rodilla trasera derecha y no camina sino a tres patas. Los veterinarios salen ya por un pico, mucho más que los médicos, que son gratis; y no digamos las medicinas que recetan a los canes. Así que temo sucesivos sablazos, a cuenta de Mini, por lo que no sé si con la pensión va a ser suficiente para costear su dolencia. Bueno, pues comeré menos, no me compraré ningún jersey y viviré con lo que tengo, que no es mucho. Además, ya no duermo por la noche, porque se me ha metido en la cabeza que de noche es cuando se muere uno; y resulta que no, que cuando se muere uno es por la mañana. Me entra tal matraquilla que el otro día, también de noche, entró en casa sin permiso una enorme mosca y me di un golpe tremendo, intentando aplastarla contra el cogote. No medí la fuerza del cogotazo. Y, claro, todo es por culpa de los putos nervios.

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