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Dos agentes heridos, un interno fugado y otro apuñalado por algaradas en el CIE

La acumulación de varios incidentes durante el fin de semana en Hoya Fría confirma los problemas en el único centro de internamiento para inmigrantes operativo en Canarias; la CEP insiste en la falta de medios
Uno de los ‘pinchos’, requisado a un interno del CIE de Hoya Fría. DA
Uno de los ‘pinchos’, requisado a un interno del CIE de Hoya Fría. DA
Uno de los ‘pinchos’, requisado a un interno del CIE de Hoya Fría. DA

Dos motines que provocaron lesiones leves a dos policías nacionales y la fuga de internos además de numerosos destrozos materiales, y el apuñalamiento de un interno a otro son el llamativo balance de los incidentes acaecidos en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) ubicado en Hoya Fría (término municipal de Santa Cruz de Tenerife), y que, actualmente, es el único operativo en toda Canarias tras el cierre definitivo del existente en Fuerteventura y las obras que se llevan a cabo para remozar el de Gran Canaria. A pesar de todo, desde la Delegación del Gobierno de España en el Archipiélago se advierte de que, sin entrar al detalle de lo acaecido, “no ha pasado nada que no sea habitual en este tipo de centros”. Mientras, un sindicato policial, la Confederación Española de Policías (CEP), insiste en la necesidad de reforzar los medios policiales allí destinados.

En cuanto a la relación de lo sucedido durante este fin de semana, el primero de los sucesos tuvo lugar el pasado viernes, cuando, según fuentes extraoficiales, entre 20 y 30 internos de origen argelino protagonizaron un altercado que, al parecer, estaba motivado por el intento de suicidio de uno de sus compañeros, quien mostraba señales en su cuello propias de tal circunstancia. Sea como fuere, los argelinos protestaban por las condiciones del centro y, entre sus revindicaciones, figuraba su exigencia de no compartir espacios con los internos de origen subsahariano. Tal protesta, que perseguía su puesta en libertad, coincidió con la recepción de un grupo de inmigrantes llegados en un cayuco, pero la diligencia de los funcionarios policiales (que contaron con el refuerzo de patrullas llegadas desde el exterior) evitó que la cosa revistiera aún más gravedad de la que tuvo.

Fue el sábado pasado cuando tuvo lugar la agresión ya citada, por cuanto uno de los internos habría herido a otro con un arma blanca de autofabricación. Se sabe que, de los dos implicados, uno es argelino y el otro marroquí, pero no cuál de ellos es el agresor y cuál la víctima.
Pero lo peor llegó en la noche del pasado domingo, cuando, tras notificar a quince internos que iban a ser devueltos a su país de origen, se reprodujo el motín del pasado viernes pero con mayor violencia, dado que los implicados no dudaron en hacer agujeros en las paredes de su módulo para facilitar su acceso al tejado, lo que habría logrado una decena de ellos.

De nuevo, el buen hacer policial, que otra vez tuvo que contar con unidades llegadas desde el exterior, logró controlar la situación, pero al menos uno de los internos logró evadirse, mientras que dos de los policías intervinientes sufrieron lesiones que, felizmente, tienen carácter leve.

Puestos al habla con el portavoz provincial de la CEP, José Luis Gallardo, este insistió en la necesidad de adoptar medidas que refuercen la seguridad en este centro que, no hay que olvidarlo, no es una prisión, sino de mera retención hasta la resolución de los expedientes de estos ciudadanos foráneos. Gallardo recordó que la CEP ha denunciado reiteradamente la necesidad de contar con más agentes, aunque el objetivo final, sostiene, es que “la Policía Nacional solo debería vigilar y proteger el CIE, mientras que otros funcionarios o agentes sociales deberían ser quienes se encarguen de los internos”.

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