Tomen nota. Si abren esta página, http://radiogarden/live/toulouse/radiopresence, podrán sintonizar todas las emisoras de radio del mundo, acceder a sus páginas web, consultar sus secciones de noticias, su música, sus fotos, todo. El acceso maravilloso me lo ha enviado un amigo y esta noche pasada me la he pasado sintonizando emisoras de cualquier punto del mundo. He ido desde Azores a Madeira, desde Marruecos a Taiwán y de ahí a Sevilla y a Francia e Italia, me he recorrido el mundo a través de la música y las noticias. Hace poco, en los tiempos de Radio Burgado, la primera emisora alegal de Canarias –o creo que la primera fue Radio Libertad, en Las Palmas, no recuerdo–, yo cada día cogía una calentura porque me fallaba un enlace, porque se iba la luz en casa de la vieja en cuya azotea tenía instalada la antena o porque los ratones se comían el cable en La Esperanza y nos dejaba sin emisión. Esto ya no ocurre; todo es a través de la internet. Se acabaron los problemas, la falta de repuestos, el que no hubiera lámparas para los equipos. Y sólo hace de esto veinte y pocos años. Ha ido la tecnología a velocidad de vértigo y ahora podemos sintonizar, con un enorme mapa de la Tierra en la pantalla del ordenador, cualquier emisora del mundo. Cada puntito verde es una estación de radio. Pinchas con el ratón y a enterarte de sus noticias, de su música y de su subjetividad. Ya no se le pueden poner puertas al campo. Sobran los concursos de emisoras de radio, sobra el pago del impuesto radioeléctrico, sobra todo. El mundo es libre, no hay fronteras, se acabó la tiranía de los gobiernos hacia las ondas. La internet nos ha salvado y ha hecho más que nada y más que nadie por la libertad de expresión. Qué maravilla.