
Esperanza Aguirre no tuvo ningún tipo de reparo en hablar de su condición de investigada en la operación Púnica que instruye la Audiencia Nacional sobre la supuesta financiación irregular del PP y así aseguró, con absoluta contundencia, que “no hay ni un solo español que piense que yo me he llevado un duro”. Ante más de medio centenar de asistentes al Foro Premium del Atlántico de DIARIO DE AVISOS, la expresidenta de la Comunidad de Madrid garantizó que “nunca jamás” ha dado órdenes de “lo que hay que hacer” en la adjudicación de contratos públicos en cualquiera de los cargos institucionales que ha ostentado.
Explicó que acudirá a declarar “encantada” para explicar todo lo que sabe sobre el caso y justificó su silencio ante los medios de comunicación, porque no quiere que se conviertan en un “sucedáneo de la Audiencia Nacional”. En su opinión, todas las acusaciones “son falsas” porque se basan en “hechos falsos, pues nunca he pedido que se adjudique nada a nadie, dado que esa función compete a las mesas de contratación, formadas por técnicos y funcionarios”.
Tras su conferencia, respondió a las preguntas en el set de periodistas, con María Rozman, Vanesa Bocanegra y el director del diario, Carmelo Rivero. Por último, contestó a las que formularon los asistentes.
Sobre el 1% que se destinaba a gastos de publicidad del plan de infraestructuras sociosanitarias a cargo de los contratistas, explicó que es un sistema que se incluye en “prácticamente todos los contratos de obra pública porque hay que hacer señalética o enviar cartas informativas a los ciudadanos, por ejemplo”.
Aguirre también calificó de falsa la acusación de que ha utilizado a Fundescam para financiar sus campañas electorales, y subrayó que, precisamente, cuando empezó la crisis económica suprimió los fondos que el Gobierno autonómico derivaba a las fundaciones de los partidos en función del número de escaños. “Fundescam tiene todos sus gastos justificados, a diferencia de una fundación del PSOE de Madrid, que tiene por justificar 2,4 millones”. “En lo que pueda ayudar y colaborar, lo haré con muchísimo gusto”, pero lamentó que haya casos judiciales, como el Púnica, con personas investigadas desde 2014 y encima la Fiscalía pida ampliar el plazo de instrucción.
Aguirre reconoció que “corrupción hay en todas partes” y, en el caso concreto del PP, “ha hecho un daño inmenso al partido”, independientemente de que “el tratamiento mediático es muy diferente” para la izquierda que para la derecha. Precisamente, señaló a la corrupción como una de las razones que hizo que, en 2015, los votantes de derecha se fueran a Ciudadanos, y la “indefinición ideológica” que mantuvo su formación durante los años en los que Mariano Rajoy estuvo al frente. De hecho, calificó al expresidente como una “persona extraordinaria, pero que no se mete en líos”. “A nadie se le escapa que los 2,7 millones de votos de Vox en las últimas elecciones tienen su causa en el abandono, por parte del PP, de debates importantes: como los de la cuestión catalana, la Ley de Memoria Histórica o las leyes de género y del aborto”.
Por eso, pidió a Pablo Casado que ponga en marcha una gran coalición de derechas porque tanto la derecha como la izquierda “están divididas”. Aguirre apostó, en este sentido, por el bipartidismo porque, dijo, “si surgen partidos que propongan cosas diferentes, me parece bien, pero para proponer lo mismo…”. Señaló que hay que “vigilar” más los currículos de los candidatos y destacó que no pueden ir en las listas “personas que no han cotizado a la Seguridad Social o que no saben lo que es crear una empresa”.
Para solucionar esto, propuso una reforma electoral parecida al sistema francés de doble vuelta “para que los votantes tengan más capacidad de decisión y baje el peso de los pactos poselectorales”, o, incluso, el modelo inglés de hacer circunscipciones más pequeñas para que “cada ciudadano sepa quién es su diputado”. “De esta forma, después de unas elecciones, en lugar de elegir quién gobierna en los despachos, lo harían los ciudadanos en una segunda vuelta”.
La exdirigente del PP aconsejó a los populares que no se “desmoralicen” por tener unos malos resultados porque “el rumbo se irá corrigiendo”. En este sentido, aseguró que los principios liberales con los que comulga “son los que mejor calidad de vida dan a todos, especialmente a los menos favorecidos”. “Si no se hace así, las posibilidades de un PSOE sanchista aumentan exponencialmente y solo cabría esperar a la próxima crisis”. Y acabó con una frase de Thatcher: “El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero de los demás”.