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“Trinqué la espada y se tiró contra ella”; el acusado de matar a su hermano con una katana culpa a la víctima

"Yo no quería matar a mi hermano, yo no pensé que le hubiese causado una herida mortal", ha declarado, "no lo pensé ni lo quise nunca". "Ojalá fuera yo el muerto", ha añadido.

El hombre acusado de haber matado a su hermano en Arguineguín (Gran Canaria) en 2017 con una catana ha alegado ante el Jurado que lo juzga por homicidio que no tenía intención de acabar con su vida, sino solo de “persuadirle” porque le tenía “pánico” y que fue él quien “se ensartó con la espada”.

En la primera sesión de un juicio en el que se enfrenta a una solicitud de condena de 15 años de cárcel, José Antonio G.V. ha alegado que su hermano, Luis Jorge, con el que mantenía mala relación, se presentó en su casa la tarde del 19 de junio de 2017 y empezó a gritarle: “O sales o te saco”.

El procesado ha relatado a los jugados que, ante el miedo de que su hermano “derribase la puerta y atentase” contra su mujer, cogió la espada japonesa involucrada en estos hechos.

“Trinqué lo que pillé y, al girar la espada, se cayó la funda” (…) y “mala suerte la mía que le maté”, ha añadido.

En su versión de los hechos, José Antonio G.V. ha asegurado que veía la “sombra” de su hermano acercarse e intentó “persuadirle”. “Fue él quien se ensartó con la espada”, ha manifestado

Luis Jorge G.V. falleció a causa de un corte en el hemitórax izquierdo de forma inmediata por desangramiento, a causa de una herida de arma blanca que penetró en profundidad atravesando el pulmón izquierdo con una herida de unos 20-25 centímetros de profundidad.

Según ha manifestado el procesado este lunes, la víctima llevaba horas gritando desde la calle y “montando el espectáculo”, ante lo que le advirtió varias veces que parase.

“¡Jorge, por Dios, que mamá murió hace dos días!”, le dijo, a lo que el fallecido respondió “¡que mamá ni que ocho cuartos!” y le agredió, de acuerdo con su versión.

Ante esta circunstancia, el acusado reconoce que agarró una espada decorativa que se encontraba tras la puerta y la sacó por el hueco por el que se comunicaban ambos en la entrada de la vivienda. Al notar que la había clavado y ver sangre cerró la puerta y volvió a subir los tres pisos hasta su casa.

“Yo no quería matar a mi hermano, yo no pensé que le hubiese causado una herida mortal”, ha declarado, “no lo pensé ni lo quise nunca”. “Ojalá fuera yo el muerto”, ha añadido.

Su esposa, también presente en el domicilio de Arguineguín donde ocurrieron los hechos, se ha acogido a su derecho a no declarar.

Al ser preguntado por la defensa, el acusado ha asegurado que le tenía “pánico” a su hermano, ya que en varias ocasiones había atentado contra él, “una vez con un cuchillo” y, en otra ocasión, “con disparos de una escopeta de balines”.

Como ha recalcado, la relación entre ellos era muy mala y las peleas, habituales, al igual que con el resto de sus hermanas. “Hay que vivirlo para saber lo que es”, ha indicado.

Por su parte, una de las vecinas de esa misma calle, que vivió los hechos desde su ventana ha asegurado que fue el acusado quien amenazó a su hermano, diciéndole “ven para acá, que te voy a matar”, algo que José Antonio G.V ha negado.

Aunque ha asegurado que el fallecido estaba de espaldas y solo vio que “le clavó algo”, este le pidió que llamase a una ambulancia.

Una vez arriba, el acusado, según el testimonio de la vecina, gritó varias veces “dejen que se muera ese hijo de puta”. El acusado también lo ha negado.

La vecina asegura que “se estaba calmando”, pero “cuando le amenazó, saltó directo a la puerta”.

“Fijo estaban con peleas, insultos, varias veces se habían agredido y había habido sangre”, ha asegurado la vecina. “Sabía que tarde o temprano iba a ocurrir una desgracia”.

También ha declarado en la jornada de hoy otro de los vecinos de una calle perpendicular que, aunque asegura que no vio los hechos, sí que oyó la pelea. Al salir de su vivienda vio a la víctima “semitumbada en el suelo con la mano en el costado” y, al retirarla, “salió un chorro de sangre”, que otro testigo y él trataron de detener presionando con una camisa.

“Si gritó algo, no lo oí”, ha confesado, ya que “había mucha gente y gritos” y además “la ambulancia llegó muy rápido”.

El acusado dio positivo en alcohol, cocaína y cannabis. La víctima dio positivo en alcohol y cocaína.

José Antonio G.V. ha explicado esta mañana que, desde que murió su padre hace cuatro años, consume drogas a diario, “gramo y medio de coca, par de porros y whisky para dormir”.

En el momento de los hechos, asegura que me había bebido “botella y media”, porque estaba “muy mal” tras la muerte de su madre a la que habían enterrado ambos tres días antes.

La fiscalía pide 15 años de cárcel para el acusado y una indemnización de 50.000 euros para las hijas de la víctima por homicidio, con el agravante del parentesco y el atenuante del consumo de estupefacientes.

La defensa, por su parte, solicita la libre absolución por “miedo insuperable” y por el atenuante de embriaguez de su cliente en el momento de los hechos, en el que “no era consciente de sus actos”.

La defensa ha presentado alternativas por homicidio imprudente y delito por imprudencia grave, con penas de entre 1 a 4 años de prisión.

La acusación particular ha solicitado la pena de 25 años de prisión por asesinato con alevosía, además de una indemnización de 100.000 euros para las hijas de la víctima.

El juicio se reanudará mañana martes a las 10.00 horas con el testimonio de varios testigos.

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