
Un grupo de aficionados se dedicó este pasado domingo a faltar el respeto e insultar de forma machista a la árbitra del partido de fútbol juvenil (16 a 19 años) disputado entre el Juvenil A de la Unión Deportiva de San Lorenzo de El Escorial y el CUC de Collado Villalba.
Según denunció en Twitter la madre de la víctima, Mercedes Nuño, que es tercera teniente de alcalde y concejala de Deportes, Infancia, Juventud del Ayuntamiento de Galapagar, durante el partido su hija recibió calificativos como “retrasada”, “hija de puta”, “sinvergüenza”, “estás haciendo el gilipollas”, “eres una mierdas”, “te han sacado esta tarde de Apascovi”, entre otros.
A continuación, adjuntó un audio en el que se escuchan algunos de ellos, y que acaba con un “qué zorra eres, puta”, proferido por un hombre. Ante ello, una mujer de su grupo le responde que eso le ha parecido “excesivo”. Además, fuentes locales han añadido que la joven recibió otros insultos machistas como “zorra, vete a fregar”, o “vete a casa, puta”.
El silencio nos hace cómplices. Si justificamos estas actitudes, ¿lo siguiente qué es? ¿Agresión física? Pongamos todos de nuestra parte para que no ocurra esto. No debemos considerar estas actitudes normales y justidicadas.
Impotencia, rabia y pena, mucha pena
Adjunto audio⬇️ pic.twitter.com/SzyljCRh1M— Merche (@MasipNuno) November 17, 2019
Rubio señaló que fueron 90 minutos “de insultos y descalificaciones desde la grada” a su hija mientras arbitraba. “En un momento en el que no podía soportar tan mala educación y poco respeto, me he dirigido a los aficionados del equipo local, les he dicho que era la madre y que como entenderían no iba a permitir que se faltase al respeto ni a mi hija ni a nadie”, explicó.
Sin embargo, los atacantes le respondieron con más descalificaciones, hasta el punto de decirle que si no le gustaba, “que se fuese”, ha relatado la edil, quien ha reconocido que sufrió “impotencia, rabia y mucha pena”.
La madre de la árbitra se queja de que nadie se dignó durante el partido a condenar la actitud de estos aficionados. “Todo se ha permitido. Una grada con padres, madres, abuelos, niños… Nuestra obligación es respetar y hacer respetar, valores del deporte. El silencio nos hace cómplices. Si justificamos estas actitudes, ¿lo siguiente qué es? ¿Agresión física? Pongamos todos de nuestra parte para que no ocurra esto. No debemos considerar estas actitudes normales y justificadas”, ha agregado.