Se le veía exultante a Pedro Sánchez en su besamanos climático del Ifema, mientras la niña del exorcista, la sueca Greta Thumberg, que solo tiene 16 añitos, viajaba en patera hasta las puertas de la feria del clima. Cerezo le tiraba los tejos a Nancy Pelosi (79 años) en el palco del Wanda, enseñándole lo que es un fuera de juego –él decía orsay- y la prensa lela de este país se embobecía aún más con el famoseo, porque a la España nuestra lo que le interesa es el Sálvame de los palcos, mucho más que el asunto del cambio climático, que le importa un carajo. Está bien que se recicle el plástico, que uno coma bocadillos sin pan y que no se tire basura a los mares, pero el cambio climático –como opinan Rusia, USA y China- no es sino otro ciclo natural como el que hemos vivido siempre. Hace más daño al medioambiente el pedo de una vaca –lo anunció tiempo ha el fallecido don Camilo José Cela- que mil botellas de plástico lanzadas donde no se debe. Pero no nos vamos a cargar a todas las vacas, así que la tomaremos con los envases, que ni tugen ni mugen. ¿Y dónde está el rey? Ninguneado por Sánchez, dice la prensa de la Corte que el monarca anda cabreado y con justicia: ya no se le consulta nada. Cada vez que la izquierdona pisa las moquetas le salen ampollas en las patas, quizá por la falta de costumbre o a lo mejor es por el mismo cambio climático, que se le ha bajado a los ñames. No sé, me da que lo de la cumbre de Madrid es un postureo, más que otra cosa, y hasta la automovilística Tesla anda haciendo propaganda de que la familia Monster llegará a la feria en uno de sus coches para lanzar al mundo su discurso verde.