Una novela mala

Los socialistas y Esquerra están protagonizando estos días una mala historia de intriga, una mala novela de la que conocemos el final desde el principio y que supondría un desastre económico para el editor que accediera a publicarla. Desde su primera frase, sabemos cuál será la última, y todas las tramas y todas las escenas que se suceden entre su principio y su final, dilatadas artificialmente, son absolutamente prescindibles y previsibles. La historia no avanza porque no tiene hacia donde avanzar: desde ahora ya está todo decidido. Y si fuera una novela policíaca, antes de abrir el libro ya sabríamos quién es el culpable.

Pedro Sánchez dijo desear que la investidura comenzara en el presente mes, pero, al margen de que cada día asegura una cosa distinta, lo que vale ya no es lo que diga el líder socialista, sino lo que convenga a Esquerra. Y a Esquerra le conviene que el final de su abstención y la investidura del presidente en funciones, con el concurso de Podemos y la constelación nacionalista y regionalista, no sea antes de enero e, incluso, más tarde. Y no lo ocultan: Rufián y sus otros líderes constantemente declaran que no tienen ninguna prisa. Y, por una vez, es verdad que no la tienen.

¿Y por qué es verdad que no la tienen? La operación de permitir la investidura comporta serios riesgos políticos para los republicanos porque desde el independentismo radical van a ser acusados de traidores.

Ya Rufián fue insultado así en una reciente manifestación. Para resistir los ataques y descalificaciones de sus adversarios, Junts per Cat, la CUP y demás, tienen que fingir una dureza y una resistencia impostadas a lo largo de mucho tiempo, y argumentar que su abstención es lo mejor para Cataluña y para su futura independencia porque, después de mucho tiempo y esfuerzo, han conseguido arrancar del PSOE concesiones transcendentales que los legitiman como buenos catalanes y que encauzan el conflicto político planteado con España.

Por si fuera poco. en estos días se sucederán un gran número de acontecimientos políticos que afectan a Esquerra muy directamente. Las Juntas de Tratamiento han propuesto el segundo grado para los políticos catalanes presos, con el horizonte de un tercer grado encubierto por el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario; el Congreso del PSC ha ratificado a Miquel Iceta como primer secretario; un Tribunal belga tendrá que decidir sobre la entrega a España de Carles Puigdemont y el TJUE se pronunciará este jueves sobre la inmunidad parlamentaria de Oriol Junqueras, es decir, si España vulneró sus derechos como eurodiputado al no permitirle adquirir -perfeccionar- su condición de tal tras las elecciones del 26 de mayo -el abogado de la UE avala esa tesis-. Y, por si fuera poco, el sábado 21 de diciembre comienza el 28º Congreso de los republicanos, muy presionados por Junts per Cat y las CUP para que el independentismo catalán rechace en bloque a Sánchez.

Mi consejo a los curiosos lectores es que no compren esta novela. Tampoco valen la pena las novelas y ajustes de cuentas que estos días de regalos publican algunos políticos cuya fecha de caducidad ya pasó, bajo la forma de supuestos diarios y relatos inéditos de lo sucedido. En las librerías cercanas al Congreso de los Diputados hay otras novelas muchísimo mejores.