el charco hondo

Emergencia climática

En Chile, el norte es el sur. No solo ocurre en Chile, pero de allí me cuentan que inversores, empresas y familias están iniciando un éxodo (pausado, sí, pero imparable) hacia su sur. Y el Sur, en Chile, como el norte en otras regiones, es sinónimo de agua. Allí donde el agua era una certeza ha dejado de serlo. Miles de familias han empezado a mirar hacia el sur, que viene a ser nuestro norte. Comienzan a echar cuentas para comprarse terrenos en los que nunca les falte el agua. Están parcelando espacios en los que antes nadie reparaba más que de paso. Algunas multinacionales están comprando donde nunca antes las corporaciones habrían invertido un solo dólar. Chile empieza a secarse. Se seca el norte. Se empiezan a secar las regiones centrales. Muchos chilenos piensan ya en el sur. Algo similar está ocurriendo en cada vez más regiones del planeta. El clima está acelerando su particular involución. Los acontecimientos viajan a la velocidad de la luz. Las cumbres climáticas lo hacen a pie. Cruzarse de brazos no es la receta. Cambiar las cosas llevará un tiempo, pero nada se acaba mientras no se empieza. La declaración del estado de emergencia climática en nuestras Islas -impulsada por el Gobierno canario, y ahora aprobada por unanimidad por la Cámara regional- es un paso necesario. Obviamente, la declaración debe ahora materializarse en una batería de acciones, claro que sí, pero esa exigencia, sin duda razonable, es perfectamente compatible con la oportunidad del pronunciamiento del Gobierno -primero- y del Parlamento -después-. Ridiculizar la declaración no es el camino. Caricaturizarla hace fuertes a escépticos, desentendidos o negacionistas, desmoralizando de paso a quienes merecen avances teñidos de azul y verde. Subestimar declaraciones de este tipo no ayuda a que la sociedad se tome en serio la necesidad, colectiva e individual, de hacer las cosas de otra manera, mejor. Ojalá fuera sencillo y bastara con poco. No es el caso. Hace falta que muchos hagan mucho. La declaración de emergencia climática deja registrada la voluntad de empezar. Saben en Chile, y debemos saber en las Islas, que en algunas regiones del planeta está cogiendo cuerpo el éxodo hacia el norte, o hacia el sur donde el sur es el norte. Para dar segundos pasos es necesario el primero. Ya se ha dado. No lo ridiculicemos.

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