El presupuesto del área de Seguridad y Movilidad para 2020 cuenta con una partida de 835.372 euros para la implantación de sistemas automáticos de control de tráfico, los primeros que se instalarán en la ciudad, con el objetivo de mejorar la movilidad en el centro capitalino y restringir la circulación en caso de que fuera necesario. Concretamente se trata de colocar, hasta en seis puntos de la ciudad, detectores de gases contaminantes que ayudarán a limitar la entrada de tráfico o la desviación a otras zonas de la ciudad, en función del nivel de contaminación. Junto a estos detectores se instalarán también cámaras de vigilancia específicas dirigidas a fiscalizar el buen uso de los carriles de la capital (coches en doble fila, vehículos compartidos, averías o control de colas…).
Los detectores de gases contaminantes como dióxido de carbono (CO2), dióxido de nitrógeno (NO2) u ozono (O3) se colocarán en los principales accesos a la ciudad: en la TF-4 (antes del Palmetum), en la avenida Reyes Católicos (en la incorporación desde la TF-5), en la Avenida Tres de Mayo (después de Plazoleta Gravina), en la calle Álvaro Rodríguez López (antes del cruce con avenida Manuel Hermoso Rojas), en la avenida Islas Canarias (antes del cruce con avenida Benito Pérez Armas) y en la avenida de Anaga (a la altura del Real Club Náutico). Así, en función de los niveles que se detecten en los sensores, se generarán corredores alternativos, disminuyendo las emisiones contaminantes. Esta información se volcará en los paneles informativos que acompañarán al sistema.
En paralelo, se implantará una plataforma informática para diversas tareas de fiscalización a través de visión artificial: control de vehículos compartidos y/o de emisiones cero, carriles exclusivos, controles de doble fila, de colas o de vehículos averiados. Esto permitirá disponer de información real y constante de la situación de la ciudad, identificar las problemáticas y ejecutar las medidas oportunas para su solución.
A raíz de la aplicación de políticas de vigilancia, se espera que aumente la tasa de ocupación de los coches que tengan como destino el centro de la ciudad, lo que supondría una reducción en las emisiones de contaminantes asociadas a cada desplazamiento. Además, algunas de las principales vías de acceso presentan una tasa de ocupación media bastante más baja que la de ciudades como Barcelona, por lo que hay un amplio margen de mejora, señalan desde el área de Seguridad.
Desde la Concejalía de Movilidad, su responsable, Florentino Guzmán Plasencia, confía en que finalmente la financiación de estos sistemas venga directamente desde la UE, a la que han solicitado una subvención para el fomento de la movilidad sostenible, y en la que también se incluyen otras medidas como la de los aparcamientos disuasorios que instalará Servicios Públicos. En caso de no conseguir el dinero, el área de Seguridad financiará su instalación con esos 800.000 euros.
Limitaciones
Las restricciones de tráfico pueden realizarse de diversas maneras, por antigüedad, emisiones, matrículas alternas… Todas ellas, deberían suponer una reducción en las emisiones de contaminantes, al reducir el número de vehículos circulando por las zonas centrales, especialmente los más contaminantes. La disminución de riesgos viales se hará a través de la información aportada a los conductores a través de los paneles, con información sobre retenciones, accidentes en la vía… así como la ayuda en la toma de decisiones gracias a la visión artificial.
Entre los datos aportados a la UE para justificar la necesidad de implantar estos sistemas, están los del número de vehículos por habitante en Santa Cruz, que es uno de los más altos del país, con 0,78 automóviles por habitante. Además de esta elevada ratio, la antigüedad media de estos vehículos es bastante alta, de más de 11 años, precisamente los más contaminantes según la UE.
Contaminantes
Teniendo en cuenta que a Santa Cruz accedieron, de media, 106.347 vehículos diarios durante 2018, aumentando hasta casi los 130.000 en los días laborables, y si la edad media de esos coches es de 11 años de edad, en proporción de 68% de gasolina a de 32% diésel, se pueden dar unos valores aproximados de emisiones diarias de 4,43 toneladas de CO2, dos kilos de NOx y 10 de CO para el tráfico rodado de entrada a la ciudad. Esto supone una generación anual de 1.617 toneladas de CO2, 730 kilos de NOx y 3,65 toneladas de CO, eso solamente considerando el tráfico de acceso a la ciudad y no el que circula en su interior.
Lo que ponen de manifiesto estas cifras, según los técnicos municipales, es una alta utilización individual del vehículo privado y la presencia de una gran cantidad de automóviles de cierta antigüedad, lo que provoca unos niveles de emisiones considerables. Por eso, defiende el Ayuntamiento, surge la necesidad de realizar actuaciones al respecto.
En conjunto, estas dos medidas, aunque son siete las líneas para las que Santa Cruz pide financiación a la Unión Europea, permiten establecer restricciones en el acceso a la zona central de Santa Cruz, en caso de darse episodios de altos niveles de gases de efecto invernadero (GEIs). Esto se podría hacer de forma más o menos restrictiva, aunque con todas ellas se conseguiría una disminución del uso del vehículo privado.
El descenso de riesgos viales se hará a través de la información aportada a los conductores por medio de los paneles con información sobre retenciones, accidentes en la vía… así como la ayuda en la toma de decisiones gracias a la visión artificial. Por otra parte, una reducción en el número de vehículos circulando por las vías del centro de la ciudad debería suponer un menor riesgo vial, especialmente si no se permite la circulación de los automóviles más antiguos.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas